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Sarah Greene '09


Un viaje desgraciado

     Hace dos veranos, mi familia y yo visitamos el parque de Yellowstone en Wyoming. Decidimos conducir a Wyoming desde Connecticut, pero nos dimos cuenta de que el viaje sería muy complicado y difícil. Mi padre estaba especialmente entusiasmado sobre el viaje porque pensaba que mi familia necesitaba tiempo para unirse. Francamente, yo dudaba que el viaje fuera perfecto y sin equivocación. Después de pasar dos semanas en el coche con ellos, estaba segura de mis sospechas. Todos parecían gritar, pelearse, o chillar con los otros constantemente. Yo noté que cuando nosotros nos unimos juntos, mi familia se peleaba más en la carretera que en la casa. Finalmente, llegamos al parque con nuestra cordura y comenzamos la aventura real: sobrevivir en el parque.

     El día era caluroso y húmedo, pero no había ninguna nube en el cielo azulino. Aunque el tiempo estaba agradable, en el vehículo, mi padre tenía problemas más graves. Primero, él no sabía dónde ubicarnos en el parque porque leía el mapa incorrectamente, por lo tanto, nosotros nos perdimos. Desafortunadamente, no había ninguna persona para pedirle direcciones, solamente árboles por millas. Mis padres trataron de comprender el mapa, pero no tuvieron éxito. De repente, mi hermana y mi madre gritaron como una persona que ve a un fantasma. Yo miré por la ventana y presté atención a una nube de polvo. La tierra tembló debajo de las pezuñas del rebaño de búfalos. Los animales rodearon nuestro carro, en realidad, los búfalos estaban tan cercanos del carro que una persona los podía tocar con las manos. Las bestias comenzaron a pacer en la hierba, pero cortaban la calle. Pasó una hora antes de que los búfalos se fueran y nosotros pudiéramos continuar el viaje por el parque.

     Después del incidente previo, mi madre insistió en conducir el coche por el resto del día en el parque. Mientras ella conducía, yo observaba el paisaje del parque por la ventana. Los árboles crecían más altos que un rascacielos, y a pesar de la altura, las ardillas grises jugaban tranquilamente en las ramas. Con respecto del viaje en total, para la primera vez, todo estaba bien. Luego, el carro se paró sin aviso. A mí casi me estranguló la tela del cinturón de seguridad. Fue un milagro que nadie fuera herido en la colisión. Mi padre saltó del carro para ver qué animal mi mamá mató. Mi hermana tenía miedo de que el animal muerto fuera una especie en peligro de extinción. ¡Era una ardilla, qué pena!

      Así pues, nosotros decidimos hacer un picnic en el bosque del parque. Entonces, mi padre estacionó el carro en la primera área del picnic que vimos y trajo la cesta de picnic a una mesa de madera. Yo tenía mucha hambre y comí un bocadillo como un hombre privado de comida. El sol pegaba fuerte sobre mi cara, y necesitaba crema bronceadora, pero cuando fui a buscarla y volví, estaba una poca confundida. ¡Había dos guardabosques con armas gigantes cerca de nuestra mesa! Ellos hablaron con mi padre y le explicaron que había dos osos en el bosque aproximadamente a cien pies del campo. Si los osos vinieran más cerca del campo, los guardabosques tendrían que disparar con una bala del tranquilizar. Con todo el peligro con los osos, nosotros teníamos que salir del campo inmediatamente. ¡Pero nosotros no andábamos, corríamos!

      Al final, mi familia volvió a un hotel y se puso en remojo en la piscina por el resto del día. Fue un viaje que yo nunca olvidaré porque era un poco loco. Quizás mi familia no estaba preparada para un día al aire libre. ¡Yo espero que para el viaje próximo, viajaremos al Mundo de Disney!




vol. 3 (2006)
vol. 3 (2006)
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