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Katie Maines '09


Mar de hierba

     Desde mi ventana veo un mar de hierba. Manchas de hiedra cubren los edificios cobrizos mientras botones de oro parecen cerros. Frente a mí, veo la perfección de las manos de Dios - las mariposas se deslizan por el cielo con las aves. Las aves vuelan como los aviones. Ellas tienen propósito, un propósito que quizás yo entenderé algún día.

      A la derecha, hay un poste de faro en la esquina de la calle. Está de pie como un hombre triste, que no espera a nadie. La luz de oro pálido se apaga y se enciende como una luciérnaga en el cielo de la noche. Una mujer camina sola con su mochila. ¿Sabe ella a dónde va? Su sombra parece color carbón. Sus pisadas suenan como el agua que proviene de un arroyo. Nadie, excepto ella, está en la calle. ¿Habrá otras personas? ¿Disfrutarán de esta noche sosegada? De repente, un coche aparece. Sus faros dan una luz brillante. Me siento ciega. No puedo ver nada ahora excepto esta luz omnipotente. El coche rojo anda en la calle como un rápido tren. ¡Coche, no está en la autopista! ¡Tenga cuidado y conduzca lentamente!

     A la izquierda, veo un bosque de árboles. ¿Quiénes viven en el bosque? Las ardillas corren a sus hogares con sus familias. Les darán de comer a sus familias la comida que encontraron durante el día. Las aves que yo vi regresarán a sus nidos. Y yo me acostaré también, como las ardillas y las aves.

      Cuando yo veo desde mi ventana y miro el paisaje, puedo ver las huellas de edificios desconocidos. Parecen gigantes pequeños. Sus figuras majestuosas se sobreponen sobre los cerros de hierba, las montañas violáceas, y los prados bondadosos. ¿Cuándo fueron construidos los edificios? ¿Por quién? Sus alturas dominan la ciudad como un líder despótico, mirando toda la gente que vive en su reino. ¡Por favor, déjennos dormir en paz! Sus apariencias nos asustan y vivimos en miedo porque sus poderes controlan nuestras vidas. También yo veo humo de las fábricas. Se sobreponen sobre edificios hasta el cielo. Una bruma flota en la cuidad, entrando por todas las ventanas. Entra en mi nariz y huelo huevos podridos. Entra en mis orejas y oigo un susurro suave. Entra en mi boca y noto un sabor a agua cortante. Entra en mi piel y siento una bruma ligera. Entra en mis ojos y veo una nube nebulosa enfrente de mí. Después, esta nube rodea mi cuerpo, mi cama, mi habitación.

     Me gusta asomarme a la ventana de noche porque creo que, en la noche, el mundo entero se para. Pues, la vida nocturna es siempre viva, pero cierta calma rodea mi habitación. Puedo respirar profundamente, oliendo la bruma y el aire fresco. Puedo cerrar mis ojos, escuchando los ruidos quietos de los animales en el bosque. Puedo poner mis brazos afuera de mi ventana, sintiendo el viento que sopla contra mi piel. Puedo subir a la cama, cubrirme con las sábanas, poner la cabeza en mi almohada, y soñar en lo que veré mañana.




vol. 3 (2006)
vol. 3 (2006)
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