inicio   último número   archivo   normas editoriales   convocatoria   créditos

Meghan Tighe


No hace falta decir que llamamos la atención cuando salimos los fines de semana. Hablamos inglés, muchas veces estamos borrachos y a veces somos ruidosos. La gente nos percibe, nos mira y, si son chicos jóvenes, nos hablan. A menudo los chicos intentan hablar con nosotros en inglés, lo cual siempre nos divierte. A mis amigas las miradas de todos les fastidian, pero a mí no tanto. Si no queremos que nos miren, no deberíamos hablar en inglés. Además, yo sé que cuando oigo español en Estados Unidos siempre me interesa y es probable que mire a la gente que lo están hablando.

Las payasadas me dan gracias. Una noche durante carnaval, Julia, Patricia y yo nos encontramos en MOMA, uno de los muchos bares en el barrio húmedo de León. Dos chicos empezaron a hablar con nosotras, y luego, cuando Julie y Patty estaban con otros amigos nuestros de Erasmus, uno de los chicos me preguntó, refiriéndose a Patty,

"¿A tu amiga… le gustamos… nosotros?"

Yo, que no sabía qué responder, les dije, "Pues… que sí… claro… no lo sé."

Los chicos se susurraron, pero podía oír todo. "Ella no nos entiende, no nos entiende;" luego me dijeron, "no nos entiendes, no nos entiendes." Yo entendí todo, pero aún no sabía cómo manejar la situación o explicarles que a ella no le interesaban de una manera romántica, así que no les dije nada. "Espera, espera…" me dijeron. "Does… your… friend…" (había una pausa mientras el chico sondeaba sus conocimientos del inglés) y al final, "…like …us?"

Me reí, y les contesté exactamente lo mismo, "¡Pues… que sí… claro… no lo sé!"

Descontentos, y pensando todavía que no les había entendido, se fueron.




vol. 6 (2009)
vol. 6 (2009)
© 2009 · fósforo
narrativa  ·  poesía  ·  partitura  ·  traducción  ·  fotografía  ·  ensayo
Department of Spanish   ·   College of the Holy Cross
   ·  contact   ·   about this site