CATALOGO SIMBOLICO DE ICONOS DEL CODICE BORGIA
(Cynthia L. Stone, 2008)
I. TRECENA (NUMERALES 1-13)
Asociaciones específicas con los trece primeros números incluyen:
1. El uno se asocia con el origen de todo, lo primero, lo que se adapta fácilmente a los cambios, la iniciativa y la autoafirmación. Su esencia divina se asocia a Xiuhtecuhtli, el viejo dios del fuego, la personificación del hogar, el centro de la vida familiar y espiritual, la vida nómade de los cazadores y recolectores, los antepasados. El ave asociado es el colibrí xiuhuiztilin
2. El dos se asocia con la pareja divina suprema Ometeotl en su advocación terrenal, el dios Tlaltecuchtli, un numen de atributos tanto masculinos como femeninos que se parte en dos para formar el cielo y la tierra al principio de la creación. La energía creativa de este número se encuentra en la búsqueda de un equilibrio dinámico por medio de la experimentación y la colaboración activa entre principios contrarios. El ave asociado es el colibrí quetzalhuitzilin
3. El tres se asocia con la diosa de las aguas corrientes, Chalchiuhtlicue, la de la “falda de jades”. La energía creativa de este número se encuentra en acciones y movimientos rítmicos, armoniosos; se asocia así con la facilidad para relacionarse y comunicarse con los demás. El ave asociado es el halcón huactli o la tórtola cocotli
4. El cuatro se asocia con las cuatro estaciones del sol en su camino diario del amanecer (oriente), pasando por el mediodía (norte), hasta llegar al atardecer (poniente) y la medianoche (sur). De ahí se asocia también con los cuatro rumbos del plano horizontal del cosmos y, por extensión, lo definido, lo sólido. Como el número asociado a cada uno de los “soles” o eras del mundo creado, se personifica en el dios del sol visible, Tonatiuh. La energía creativa de este número se encuentra en el conocimiento de los límites necesarios para emprender cualquier acción. El ave asociado es el codorniz zolin
5. El cinco está ligado a los dioses del placer como Macuilxochitl, cuyo nombre literalmente significa “cinco flor”, y con la diosa madre, Tlazolteotl, “basura divinizada”, la "madre" que pone las cosas en orden, limpiando las inmundicias y evitando los desperdicios de sus “hijos”. La energía creativa de este número se encuentra en el saber encontrar el punto exacto de cualquier situación o problema que se encuentre. El ave asociado es el águila cuauhtli
6. El seis se asocia con el movimiento y con el señor del inframundo, Mictlantecuhtli. La energía creativa de este número se encuentra en el fluir del arte, la danza, los deportes, las negociaciones, en fin, cualquier tipo de juego de tira y afloje en que se pone en evidencia la alternancia cíclica entre el sí y el no, el color y la falta de color (el blanco y negro), el dinamismo y la falta de dinamismo (la pausa), etc. El ave asociado es la lechuza chicuatli (barn owl)
7. El siete sirve como espejo para reflejar lo positivo y negativo de las cosas. Se personifica por Centeotl, dios de la mazorca de maíz, quien representa el ser humano maduro, el que se dispone para sacrificarse para el bien de la colectividad. La energía creativa de este número se encuentra en la voluntad de llevar a cabo metas presentes y futuras. El ave asociado es la mariposa papalotl
8. La energía creativa del ocho se encuentra en lo pragmático y la facultad de organización. Se personifica en el dios de la lluvia, Tlaloc, cuya ayuda es indispensable para llevar a cabo la buena cosecha o cualquier empresa importante. El ave asociado es el gavilán o tlotli (hawk eagle)
9. El nueve se asocia con las nueve capas del inframundo, la morada de los dioses de la muerte y las enfermedades, pero se personifica en su contrario, el dios Quetzalcoatl, el que se sacrifica para dar vida a los seres humanos de la era presente, uno de cuyos nombres calendáricos es 9-Venado. Así, la energía creativa de este número se encuentra en la ecuanimidad, la constancia y la paciencia, la capacidad de terminar lo que se emprende, para poder vencer todo tipo de obstáculos y pruebas. El ave asociado es el pavo o guajolote totolin
10. El diez es uno de los signos del dios omnipresente Tezcatlipoca, “espejo que humea”, el que todo lo ve, el que revela lo oculto por medio de la magia y los poderes sobrenaturales. Así, la energía creativa de este número se encuentra en la revelación, la concentración, el compromiso. El ave asociado es el búho real o tecolote (great horned owl)
11. El once se personifica por el dios Chalmecatecuhtli, “señor de la soga de jade”, y el dios Yoaltecuhtli, “señor de la noche”. La energía creativa de este número se encuentra en la capacidad de adaptarse y superarse. El ave asociado es la guacamaya o arará (scarlet macaw)
12. El doce se asocia con el buen juicio y con la estrella vespertina, Tlahuizcalpantecuhtli, “señor del alba”, una de las advocaciones del planeta Venus. La energía creativa de este número se encuentra en la habilidad de juntar cosas disgregadas en un todo práctico y eficaz. El ave asociado esel quetzal
13. El trece se asocia con los trece pisos del cielo, especialmente el cielo décimotercero, la morada de Ometeol. Se personifica por la diosa Citlacue, “falda de estrellas” e Ilamatecuhtli, “señor-anciana”, dios de sexualidad dual quien representa el maíz seco y de la vejez. La energía creativa de este número se encuentra en la acción de ir subiendo; aún después de conseguir éxito se prepara para un nuevo desafío, logrando así la acumulación de la sabiduría por medio de la experiencia. El ave asociado es el loro toznene (yellow-headed parrot)
II. VEINTENA (SIGNOS DE LOS DIAS, I-XX)
i. Caimán o lagarto (cipactli) Es el monstruo terrenal y el primero de los veinte signos de los días. Así representa la primacía, la energía generadora, el principio de cualquier acción, lo antiguo, la multiplicación, la fundación de un linaje. Por su piel espinosa se relaciona con la ceiba joven que tiene espinas cónicas en el tronco. El caimán se asocia también con las enfermedades frías. Su patrón es el dios dual Tonacatecuhtli-Tonacacihuatl, quien es una advocación de Ometeotl. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el plexo solar. Es un buen día para tomar la iniciativa
ii. Viento (ehecatl) Significados simbólicos incluyen lo inconstante y cambiable, la creación y regeneración por medio de la respiración, la expresividad y volubilidad, la purificación, la fertilidad. El viento es una fuerza que puede arrasar todo: su misión como huracán es destruir todo para permitir la regeneración de la tierra. Sirve también como agente conocido de lo desconocido. Se relaciona con la respiración, el hálito vital, el aliento divino. Sus acciones incluyen tanto el ir abriendo caminos como un peregrino o predicador como el avivar el fuego y hacer crecer la chispa. Su patrón es el dios Ehecatl, una advocación de Quetzalcoatl. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el aliento de la boca. Es un buen día para proteger y curar
iii. Casa (calli) Una casa es símbolo de protección, seguridad material, domesticidad. En un sentido más general puede representar cualquier tipo de interioridad o vida íntima. La noche (representada visualmente como una banda oscura, a veces con estrellas como ojos) también puede simbolizar la mirada interior. Su patrón es el dios jaguar Tepeyolotl, “corazón del monte”. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es la columna vertebral. Es un buen día para empezar un noviazgo u otro tipo de asociación íntima
iv. Lagartija (cuetzpalin) Animal desnudo considerado símbolo de lo erótico, la vulnerabilidad y la condición de estar endeudado. Todos nacemos desnudos en ese sentido al deber todo a los que nos han dado la vida y estar completamente dependientes en los que nos cuidan. La vida de la lagartija se caracteriza por ser trabajosa y corta, pero las caídas no le hacen daño, siempre sale corriendo, e incluso puede regenerar los miembros cortados, por lo cual representa la capacidad de sobrevivir los daños recibidos. Su patrón es el dios Huehuecoyotl, “coyote viejo”, dios de la danza y la discordia. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es la matriz. Es un buen día para cultivar buenas relaciones con la naturaleza
v. Serpiente (coatl) La serpiente en general sirve como símbolo de pasión y vitalidad, por una parte, y de vicios y enfermedad, por otra. Su patrón es Chalchihuitlicue, diosa del agua corriente. La parte del cuerpo asociada con este signo del día son los genitales. Es un buen día para establecer relaciones duraderas basadas en el respeto mutuo, por oposición a lo voluble y cambiante del agua corriente
vi. Muerte (miquiztli) Simboliza la regeneración de la materia corrompida, la renovación de las energías vitales y la germinación de nuevos seres animados. Sin muerte previa, no puede haber vida nueva. Su patrón es Metztli-Tecciztecatl, deidad lunar. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el cráneo. Es un buen día para transformarse, reinventarse
vii. Venado (mazatl) Es el animal del monte por excelencia, el padre original. Es, además, el principal animal de caza y como tal el doble o alter ego del buen cazador, quien tiene que identificarse con su presa, convertirse él mismo en venado, para poder capturarlo. Así el sacrificio del venado funciona metafóricamente como sustituto del más valioso de los sacrificios, el del ser humano. Así, este signo implica tanto miedo y recelo como valentía y destreza. Su constelación se encuentra en el cielo del norte donde es perseguida por la gran estrella Venus a través del firmamento en una gran cacería celestial. Su patrón es Tlaloc, dios de la lluvia. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el pie derecho. Es un buen día para salir en búsqueda de algo si se tiene cuidado
viii. Conejo (tochtli) Un animal asociado con la luna y los ciclos de la fertilidad humana y agrícola. Es señal de abundancia por su gran capacidad reproductora. Como símbolo de la tierra sembrada y la cosecha se asocia con la abundancia de la siembra y la cosecha; además puede connotar cobardía, persona que da lástima o, alternativamente, persona piadosa y humana, respetada y querida por todos Su patrón es Mayahuel, diosa del maguey, la de corazón tierna que se protege del mundo hostil por sus espinas puntiagudas. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el pie izquierdo. Es un buen día para dar gracias por lo recibido
ix. Agua (atl) Líquido sagrado, el elemento que existió antes del principio del tiempo y del cual surgieron la tierra y todos los seres creados. Así el agua simboliza todo un espectro de conceptos, incluyendo la acción de fluir, la constancia, la adaptación, la impulsividad, la inestabilidad, la inquietud, la purificación, la fertilidad. Como fuerza o energía se caracteriza por ser capaz de arrasar todo (por la inundación o la tormenta), pero que es indispensable para la supervivencia. Su patrón es Xiuhtecuhtli, dios anciano del fuego y el hogar. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el ojo, el cual representa la vista. Es un buen día para purificar faltas
x. Perro (izcuintle) Es uno de los pocos animales domesticados de la Mesoamérica antigua. Representa la fidelidad, la bondad, pero también la falta de vergüenza. Es el guardián y guía de los seres humanos, el encargado de ayudar a los difuntos a cruzar el río del más allá. Su patrón es Mictlantecuhtli, dios del inframundo. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es la nariz, la cual representa el gusto sensorial. Es un buen día para entrar en contacto con lo misterioso o desconocido
xi. Mono (ozomatli) Es símbolo del ocio, el chisme, la inocencia, la gracia, la diversión, la burla. Es el bufón celestial que hace reír a los dioses, cuyos movimientos son los del planeta martes que avanza y retrocede de manera ingeniosa por el cielo estrellado.
Su patrón es Xochipilli-Macuilxochitl, dios de las fiestas, las flores y las artes. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es la mano, la cual representa el tacto y el labor manual. Es un buen día para sembrar y crear
xii. Hierba o enredadera (malinalli) La hierba es símbolo de la tenacidad (el signo correspondiente en el calendario maya es un diente) por representar lo que muere y revive con facilidad. En el verano, la hierba crece rápido y en abundancia; pero al llegar el invierno se seca y parece muerta hasta la llegada de la primavera cuando renace y se reverdece. Así, las características positivas de este icono son la tenacidad y la renovación. Pero por su “muerte” periódica se asocia también con la sequía y la esterilidad. La expresión “ponerse hierbas encima” significa estar afligido y pedir consuelo. Su patrono es Pahtecatl, dios de la medicina y las bebidas alcohólicas. La parte del cuerpo asociada con este signo del día son los intestinos, los cuales representan la clarividencia. Es un buen día para abrir camino para el futuro
xiii. Caña o carrizo (acatl) Simboliza la autoridad en el sentido de fundación de un señorío o mando; alternativamente, puede representar lo hueco, lo vacío. Se usa en la fabricación de varas, como la que se usar para taladrar el fuego, de flechas y del bastón de mando. Su patrón es Itztlacoliuhqui, dios del cielo nocturno, una advocación de Tezcatlipoca. Es un buen día para jugar con niños y buscar justicia
xiv. Jaguar (ocelotl) Representa la fuerza, valentía, vitalidad y fortaleza de la noche. También se asocia con el peligro y con las actividades de chamanes que toman la forma de naguales. Su patrón es la diosa madre, Tlazolteotl, la que barre y frega para limpiar de suciedades al mundo. La parte corporal asociado con este signo es el olfato en el sentido de buen juicio o sabiduría. Es un buen día para pedir fuerza espiritual y física
xv. Aguila (cuauhtli) Se asocia con la velocidad, la buena vista y el poder visionario, los planes majestuosos, el volar muy alto. Representa la acción en contraste con la reflexión y virtudes como la valentía, la fuerza celestial, la capacidad para emprender cosas de gran altura, el sobresalirse en la guerra, la lucha para la libertad, lo grande, lo alto y elevado. Su patrón es Xipe Totec, dios de la primavera, también conocido como Tezcatlipoca rojo. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el cerebro. Es un buen día para tener aventurarse y tener éxito
xvi. Zopilote o buitre (cozcacuahtli) Se distingue del águila real por su calvicie, el cual lo asocia con la vejez, la vida larga, y por extensión, la discreción, la sabiduría, la prudencia. Se considera símbolo de gran consejo y autoridad, un defensor de la comunidad ya que, al vivir de la carne muerta de los cadáveres, hace posible la regeneración y limpia el mundo de lo corrompido. Su patrón es Itzpapalotl-Itzcueye, “mariposa de cuchillos de obsidiana”, la que tiene “falda de obsidiana”. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es el pecho. Es un buen día para pedir perdón y solucionar problemas
xvii. Movimiento (ollin). La fuerza del movimiento es lo que pone en camino al sol y, por extensión, a todos los ciclos vitales. Ollin se representa iconográficamente por una cruz de San Andrés, una encrucijada u cualquier otra forma con un centro y cuatro aspas, generalmente identificadas cada una con un color diferente. En términos espirituales, el movimiento se asocia con la inquietud creadora que lleva al conocimiento Su patrón es Tonallehqueh, dios de los guerreros deificados al ser sacrificados en los templos o los campos de batalla, una advocación de Xolotl, dios de la estrella vespertina, y Nanahuatzin, el buboso tullido que se sacrifica para transformarse al sol. La parte del cuerpo asociada con este signo del día son los labios. Es un buen día para desarrollar las aptitudes
xviii. Cuchillo de pedernal (tecpatl) Simboliza la lucha espiritual, una operación que puede resultar en la curación de un mal y la regeneración o en la muerte y la esterilidad. La acción de cortar con un cuchillo de pedernal o de obsidiana también puede representar la luz del conocimiento, la capacidad analítica, la inclinación al estudio y la investigación. Su patrón es el guajolote enjoyado Chalchihuihtotolin, literalmente “pájaro de jade”, una advocación de Tezcatlipoca. La parte del cuerpo asociada con este signo del día es la lengua. Es un buen día para enfrentar pruebas
xix. Lluvia (quiahuitl) Símbolo de fertilidad agrícola que se asocia también con las tormentas, lo imprevisto y novedoso, y la luna creciente. Su patrón es Tonatiuh, dios del sol visible. La parte del cuerpo asociada con este signo del día son los pulmones. Es un buen día para el aprendizaje y el sacrificarse para los demás
xx. Flor (xochitl) Simboliza el placer y la alegría, el éxito o florecimiento de una empresa o carrera, la autorrealización, el embellecimiento. Alternativamente, puede representar la melancolía, la superficialidad y la vagancia. Su dios asociado es Xochiquetzal, patrona de las artes y la sensualidad. La parte del cuerpo asociada con este signo del día son los senos. Es un buen día para la reflexión y para recordar a los antepasados
III. ELEMENTOS NATURALES
1. AIRE O VIENTO (ehecatl) Significados simbólicos incluyen lo inconstante y cambiable, la creación y regeneración por medio de la respiración, la expresividad y volubilidad, la purificación, la fertilidad. El viento es una fuerza que puede arrasar todo: su misión como huracán es destruir todo para permitir la regeneración de la tierra. Sirve también como agente conocido de lo desconocido. Se relaciona con la respiración, el hálito vital, el aliento divino. Sus acciones incluyen tanto el ir abriendo caminos como un peregrino o predicador como el avivar el fuego y hacer crecer la chispa. El soplo también se usa por los chamanes en las curaciones. El aire es el medio por el que se expande el sonido y se transportan los mensajes. También es vehículo de la luz y medio por el que se propagan los olores. Fecunda la madre tierra por el semen de las lluvias que anuncia. De esta manera sirve figurativamente como una escoba que limpia los restos y desechos del pasado en preparación para el futuro. El sonido del viento se expresa por los instrumentos de viento como flautas, silbatos y caracoles. El viento se representa iconográficamente por los iconos anteriores y por el pico de ave de Ehecatl, dios del viento. Uno de los signos calendáricos de Quetzalcoatl es 9-viento, el cual lo asocia con Ehecatl. En total, hay cuatro diferentes tipos de vientos relacionados con cada uno de los puntos cardinales. Metáforas verbales relacionadas incluyen el difrasismo “mal y viento” para significar la pestilencia (por analogía con el flato que antecede la evacuación como el trueno anuncia las tormentas)
2. AGUA (atl) Líquido sagrado, el elemento que existió antes del principio del tiempo y del cual surgieron la tierra y todos los seres creados. Así el agua simboliza todo un espectro de conceptos, incluyendo la acción de fluir, la constancia, la adaptación, la impulsividad, la inestabilidad, la inquietud, la purificación, la fertilidad. Como fuerza o energía se caracteriza por ser capaz de arrasar todo (por la inundación o la tormenta), pero que es indispensable para la supervivencia. Se representa iconográficamente de varias maneras: el verdeazul (chalchihuitl), las olas undulantes, un río o canal, un pozo u ojo de agua, un lago o estanque, un cántaro o jarro, etc. Mientras un río turbio puede simbolizar deudas y pérdidas, un pozo de agua clara representa lo opuesto (es decir, las riquezas y los triunfos). Rituales relacionadas con el agua incluyen la ceremonia de purificación del recién nacido que se concibe como un "ofrecerse al agua" y el uso del baño de vapor o temazcal (tematzcalli), también con fines purificadores. Así, el agua simboliza la limpieza de las manchas o suciedades y la purificación en preparación para una nueva vida o etapa vital. Otras asociaciones metafóricas con el agua incluyen: el agua fría, asociada con los castigos; el difrasismo “agua y fuego” para referirse a la guerra sagrada; la representación del acto de “andar sobre el agua” como una referencia a la sexualidad. La acción de llevarse por el agua significa el perderlo todo. El agua también se relaciona con los cultos agrarios para los cuales la cantidad, el momento y la forma en que cae la lluvia es esencial a la buena cosecha y la continuación de la vida. Además de su papel fertilizador fundamental en la agricultura, cuando se presenta como lluvia se acentúan las asociaciones del agua con la tormenta, lo imprevisto y lo novedoso. El arco iris que sigue a la tormenta, por su parte, representa la serenidad, lo que desbarata las nubes de la discordia. La expresión “estar entre nubes y nieblas” se refiere a lo misterioso. El patrono divino de la lluvia es Tlaloc, dios de las aguas verticales, reconocido por su máscara de ojos circulares con borde azul y dientes de colmillo, quien preside sobre el verde paraíso de Tlalocan, una montaña sagrada en cuyo interior están las nubes y lluvias y todas las formas vegetales. Tlaloc tiene cuatro asistentes llamados Tlaloque asociados con las cuatro direcciones cardinales que controlan la dispersión del agua de unos cántaros celestes; al quebrarse los cántaros se producen los rayos y los truenos. Uno de los cántaros tiene agua buena que cae en el tiempo y la proporción debidos; otra tiene agua mala que cae en demasía y produce hongos en el maíz sembrado; de la tercera salen nevadas; y de la cuarta, sale tan poca agua que se producen sequías. La “esposa” de Tlaloc es Chalchiutlicue, “la de la falda de jade”, diosa de las aguas horizontales como ríos, lagos y cascadas. Su nombre se asocia así a la sangre que se llama figurativamente chalchiuhatl (literalmente, “agua de jade”); es lo más precioso que existe, la ofrenda o pago de mayor valor
3. FUEGO (tletl)
Las llamas del fuego representan el tonalli, la chispa de vida eterna que se encuentra envuelta en todo ser animado y que se concentra mayormente en la cabeza (sobre todo la coronilla, de donde sale el cabello). Como los demás elementos naturales, el fuego se relaciona con la purificación, la energía primaria, la fuerza vital; pero en el caso del fuego, esta fuerza generadora y purificadora se caracteriza por su brillantez y calor y por sus asociaciones con la civilización y la guerra. La serpiente de fuego es el nagual protector de la realeza y como tal se relaciona con los sentimientos elevados y nobles. Así, el arder y el humear son como una voz valiente que causa temor a los que la oyen; por lo tanto, las llamas de fuego y de humo pueden representar actos tanto de reprehensión como de orgullo según los merecimientos de los a quienes se destinan. Otro significado simbólico, especialmente si las llamas salen del cuerpo de una persona, es la pasión, la bravura. Las llamas de fuego también se representan iconográficamente por la mariposa, por la manera en que el revolotear de sus alas asemeja el movimiento de las llamas. La purificación por el fuego se representa sobre todo por la hoguera, como en la leyenda de la creación del quinto sol al sacrificarse el dios tullido y baboso Nanahuatzin en la hoguera. Otras representaciones iconográficas del fuego incluyen la antorcha o haz de luz, que sirve además como referencia al sabio cuyos conocimientos se guardan y transmiten por medio de la escritura (un difrasismo para la escritura es “la tinta negra, la tinta roja”). El color del fuego es el rojo, el cual se asocia con lo masculino, lo diurno, lo visible y lo conocido. Además de relacionarse con la escritura, el fuego también se relaciona íntimamente con el calendario. Al fin de cada “siglo” de 52 años, al iniciar una nueva rueda calendárica combinando la cuenta de los días proféticos del tonalpohualli con la cuenta de los años solares del xiuhpohualli, todas las luces se extinguen a la puesta del sol. Entonces se hace la ceremonia del fuego nuevo con un mamalhuaztli (un palo de madera que se usa para sacar fuego) y se incendia la leña de un enorme brasero, del cual se saca lumbre en haces de ocote (antorchas hechas de ramas de pino) para llevar a todas las casas y templos de la nación. La representación de la ceremonia del fuego nuevo puede significar la fundación de un nuevo reino o cualquier tipo de nuevo comienzo. Una llama o luz puesta al revés simboliza la magia negra, la invocación de los dioses de la muerte y el inframundo. El dios anciano Xiuhtecuhtli es el señor del fuego, la personificación del hogar, el centro de la vida familiar y espiritual; su número es el 3, el cual se representa por las tres piedras del fogón hogareño. El humo es buena señal cuando se refiere a la acción de alimentar a los dioses, por ser la manera en que se les devuelve a los dioses el agua que ha humedecido la tierra. También se relaciona con la purificación al alejar las fuerzas negativas del aire. El acto de fumar se relaciona con la ingestión de tabaco y otras sustancias psicotrópicas en ceremonias sagradas. El difrasismo “humo y niebla” significa la memoria y la buena fama. Pero el humo negro puede referirse a los vicios, las malas lenguas, los chismes
4. TIERRA (tlalli) Según la leyenda, cuando los dioses crearon el mundo actual tomaron un animal mítico, mitad pez y mitad reptil, una especie de caimán o pejelagarto llamado Tlaltecuhtli (literalmente, señor de la tierra) que estaba nadando en el mar primordial, y lo partieron en dos. Con una parte se formó el cielo y con la otra, la tierra, que se representa como una diosa Coatlicue, “falda de serpientes” (también conocida como Tonantzin, “nuestra reverenda madre”). Coatlicue se identifica iconográficamente por su vestidura blanca, su cinturón o falda (cueitl) de serpientes entretejidas, su bastón (topilli) de serpiente, un collar de manos y corazones ensartados. Figurativamente, su lomo es la corteza terrestre, donde crecen todos los árboles y las hierbas, las flores y los frutos. Su espina dorsal son las grandes cordilleras con sus picos y valles, sus narices son montes o lomos más pequeños, sus ojos son los pozos o fuentes, y de su boca salen los ríos. Las fauces abiertas de la tierra forman una gran cueva o caverna, la entrada al mundo subterráneo. Así, la tierra se concibe "devora” a los mortales al recibir y decomponer sus cuerpos muertos. Al mismo tiempo, la superficie de la tierra representa la capa superior del inframundo, el lugar de la germinación de las semillas que contienen en sí el poder de la continuación de la vida. De allí que la cueva se concibe también como un gran almacén con depósitos de alimentos y de aguas fertilizantes. La función de la tierra de recibir los restos de los seres mortales es lo que hace posible la regeneración de la materia corrompida, la renovación de las energías vitales y la germinación de nuevos seres animados. Es por eso que no puede haber vida sin muerte previa; la muerte es lo que da fin a la vida para empezar un nuevo ciclo vital. En la iconografía mesoamericana la tierra se representa a veces como una montaña (tepetl), a veces como una banda de color café claro u oscuro de forma resbalosa y llena de quebradas, las cuales representan los desafíos enfrentados en la vida. Estos desafíos pueden resultar en la caída (es decir, el fracaso, la muerte) o en la superación de los obstáculos y la posibilidad de una nueva infusión vital. Otro símbolo del peligro de caer o de fracasar es el hoyo negro. El color negro se asocia con lo femenino, lo nocturno, lo invisible, lo desconocido. Además de Tlaltecuhtli, otro dios masculino relacionado con la tierra es Tepeyollotl, el “corazón de la montaña”, quien tiene la forma de un jaguar con manchas negras en su piel. Yollotl también se traduce como espíritu y tesoro, así Tepeyollotl se entiende como otra representación simbólica de la montaña sagrada de Tlalocan, el ombligo del cosmos, el verde paraíso de las semillas de todas las plantas y la morada de los ancestros fundadores. Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl son los señores de Mictlan, el lugar de los muertos del mundo subterráneo
IV. LUGARES O MORADAS
1. CAPAS CELESTES DEL MUNDO VISIBLE
i. Astro o estrella (citlalli) La morada de los astros visibles es el tercer piso celeste. Las estrellas se representan iconográficamente de varias maneras: como ojos en la banda negra del cielo nocturno, por considerarse los ojos de los animales invisibles de la noche; como flechadores del cielo cuyos rayos pueden tener efectos benéficos o mortíferos; como peces que nadan en el mar celeste, por considerarse el océano terrestre espejo del océano celeste nocturno. La diosa Quilaztli es patrona de las mujeres que mueren en el parto, quienes se transforman en astros que guían al sol del atardecer en su bajada al mundo subterráneo. El dios Huitzilopochtli es patrono de los hombres que se mueren en la batalla o en la piedra sacrificial, quienes se transforman en colibríes que guían al sol del amanecer en su paso por el cielo diurno
ii. Luna (metztli) La morada de la luna, las nubes y los vientos es el segundo piso celeste. La luna es símbolo tanto de fecundidad y muerte como de curaciones y enfermedades y de magia y contramagia. Deidades lunares incluyen Coyolxauqui, hermana de Huitzilopochtli, quien se identifica por tener cascabeles en la cara, y Tecciztecatl, quien se tiró en la hoguera después de Nanahuatzin en la reunión de los dioses en Teotihuacan. Otros dioses que llevan símbolos de fertilidad lunar incluyen Tlazolteotl y Mayahuel. La luna suele representarse iconográficamente como una vasija blanca con agua y un conejo. La luna llena se refiere el parto; las noches de luna llena se consideran buenas para tallar árboles y hacer oraciones. La luna creciente representa la fertilidad y la lluvia, mientras que la luna menguante representa las propiedades contrarias como la esterilidad y la sequía
iii. Sol (tonatiuh) La morada del sol visible es el cuarto piso celeste. El sol es el fuego celeste diurno, el corazón del universo creado, “el que todo lo ve”. Así el sol funciona como símbolo de omnisciencia. Recorre el firmamento de oriente a poniente, separando las horas del día y sus fuerzas. A su mano derecha quedan los dioses del norte y a su mano izquierda los dioses del sur. La salida del sol puede significar el nacimiento o el comienzo de una acción. El sol en medio se refiere a la madurez o la mitad de una acción. El sol crepuscular o parcialmente oculto representa el decaimiento de las fuerzas vitales, la inseguridad, la debilidad, la duda. La puesta del sol significa la vejez o la proximidad del fin de una acción. El eclipse solar es un agüero potencialmente catastrófico representado verbalmente por la metáfora de “abrirse el cielo y romperse la tierra”; es indicio de que algo portentoso va a ocurrir, un cambio repentino de gran trascendencia. Los rayos del sol se manifiestan iconográficamente como flechas celestes. Los dioses solares incluyen: Huitzilopochtli (literalmente, “colibrí de la izquierda”, quien personifica el sol en su cenit), dios de la guerra y patrono de la nación azteca; y Tonatiuh, el sol visible de nuestra era, cuyo signo es 4-movimiento. La fuerza del movimiento o terremoto (ollin) es lo que pone en camino al sol y, por extensión, a todos los ciclos vitales. Ollin se representa iconográficamente por una cruz de San Andrés, una encrucijada u cualquier otra forma con un centro y cuatro aspas, generalmente identificadas cada una con un color diferente. En términos espirituales, el movimiento se asocia con la inquietud creadora que lleva al conocimiento
iv. Venus La morada de Venus como estrella de la tarde es el quinto piso celeste. La estrella vespertina se representa iconográficamente por el dios Xolotl, el “payaso” con forma de perro. Xolotl es el doble o nagual (nahualli) del lucero de la mañana, Tlahuizcalpantecuhtli (literalmente, “casa del señor de la aurora”), quien se identifica por cinco puntos o discos blancos en la frente, la nariz, las mejillas y el mentón. Tanto Xolotl como Tlahuizcalpantecuhtli son advocaciones de la “serpiente emplumada” Quetzalcoatl
2. CAPAS TERRESTRES DEL MUNDO VISIBLE
i. Casa (calli) Una casa es símbolo de protección, seguridad material, domesticidad. En un sentido más general puede representar cualquier tipo de interioridad o vida íntima. La noche (representada visualmente como una banda oscura, a veces con estrellas como ojos) también puede simbolizar la mirada interior. El acto de quebrarse una casa es indicación de problemas familiares o de la quiebra de la tranquilidad interna. Una casa en llamas señala una lucha apasionada, sea en la familia o dentro de uno mismo. Una casa que humea puede referirse a … o, alternativamente, una petición de ayuda. Una casa llena de oscuridad es indicación de una vida retirada y tranquila, pero carente de gloria o ambición
ii. Cueva (oztotl) Es abertura y boca de comunicación entre los que habitan en la superficie terrenal y el vientre de la madre tierra. Así simboliza el origen, el lugar de procedencia de las estirpes humanas, el principio de la peregrinación. En la leyenda, las varias etnias humanas proceden de un lugar mítico llamado Chicomoztoc, una montaña mágica con siete úteros en forma de cuevas. La cueva también se relaciona con los viajes subterráneos y, por extensión, con todo tipo de pruebas, iniciaciones y encuentros con fuerzas del mundo invisible. Por analogía con otra oquedad corporal, también se le considera el oído de la tierra y como tal sirve como caja de resonancia para las oraciones
Piedra (tetl) Las piedras son moradas de espíritus o divinidades ancestrales que se quedaron petrificadas al salir por primera vez el sol de la era presente. El difrasismo “piedra y palo” significa el castigo
iii. Templo (teocalli) El templo es lugar de comunicación preferida con los dioses celestes al ubicarse en la cumbre de una pirámide, cuya forma figura la de una llama cuya base se va adelgazándose o purificándose al subir hacia arriba. La pirámide también se asemeja a la montaña, la morada de los antepasados. El templo en llamas sirve como símbolo de fracaso y conquista
V. CRIATURAS TERRESTRES
1. GENERO HUMANO
El cuerpo humano se llama tonacayo en náhuatl, “nuestra carne en su conjunto”. Se cree hecho de una combinación de materia pesada, mortal, y de sustancias inmateriales, divinas. En la mitología se explica que, al sacrificarse los dioses durante el proceso de creación cósmica, parte de su esencia queda capturada o envuelta en la carne de las criaturas terrestres. Así, cada ser humano comparte una coesencia con una variedad de dioses o energías divinas cada una de los cuales mezcla en diferentes proporciones lo frío con lo caliente, lo acuático con lo seco, lo oscuro con lo luminoso y lo femenino con lo masculino. El lado izquierdo del cuerpo, por identificarse con el corazón, se considera más poderoso que el lado derecho. El acto de caer una persona es indicio de perder el estado social
i. Boca (camatl) Como órgano de comunicación, la boca se asocia con el habla y puede significar tanto habladurías o chismes como el buen decir y el discurso poderoso (éste último especialmente en conexión con la vírgula azul del habla que suele salir de la boca del jefe supremo, llamado tlatoani). Para señalar a los que tienen dificultad en expresarse, por hablar otra lengua por ejemplo, se usa una vírgula amarilla con granos de arena. Expresiones relacionadas con la boca incluyen: “boca de palo” para el que protesta mucho al ser criticado; “morder la tierra” para significar la miseria; y “comer otra vez lo que se ha echado” en el sentido de pedir de vuelta lo que ya se ha dado. En cuanto a las costumbres de ornamentación corporal, se solía pintar los labios y los dientes de rojo para embellecerse, pero un énfasis excesivo en este tipo de adorno podría tener un significado peyorativo al asociarse con la vida liviana, la perversión y la borrachera. Los dientes bien ordenados representan la vida familiar, mientras que una diente que falta es un mal signo por sugerir el desorden. El aliento (ihyotl) se relaciona con el viento como principio animador elemental. La lengua se representa a veces como una cinta roja, a veces como un cuchillo de pedernal en los códices pictográficos
ii. Brazo (acolmaitl) Entre los gestos cuya interpretación iconográfica se ha descifrado está el de los brazos cruzados como señal de respeto El brazo cortado, por su parte, simboliza los poderes mágicos, especialmente en el caso de restos mortales muy poderosos, como los de los famosos guerreros águilas y jaguares o de las mujeres que morían en el parto. El difrasismo “hombro y rodilla” significa esfuerzo
iii. Cabello (tzontli) La forma de llevar el cabello indica la posición social de la persona. Hay un peinado específico relacionado con las mujeres de alta categoría, con los guerreros, con los jueces, etc. El estar despeinado se asocia con la falta de cultura o de disciplina, la falta de respeto al orden establecido; alternativamente, puede ser símbolo positivo al evocar la fuerza de la naturaleza primordial. El dios del monte, por ejemplo, se pinta a veces como un hombre con cabello largo y la vegetación se considera la caballera de la tierra
iv. Cabeza (la parte superior de la cabeza = cuaitl) La cabeza es la parte del cuerpo con la mayor concentración de tonalli o energía solar. Otras traducciones para tonalli son irradiación, verano, día, destino, fortuna, alma y espíritu. El cráneo (tzontecomatl) funciona figurativamente como sinónimo de cielo (ilhuicatl). Así, la acción de cortar la cabeza o el cabello suele significar la pérdida o transferencia de energías vitales. Otra causa de la pérdida de tonalli es el susto repentino (de allí la identificación del “susto” como una diagnosis médica). La expresión “pasar encima del pelo y la cabeza” (es decir, no tomar en consideración el tonalli de otra persona) significa ofender. Un animal u otro objeto sobre la cabeza puede referirse a los pensamientos, apasionados en el caso de una serpiente, valientes en el caso de un águila o jaguar, arrogantes en el caso de una guacamaya, etcétera
v. Corazón (yolotl) El corazón es sede de otra fuerza vital, teyolia, identificada con la esencia de la especie humana, lo que participa de la sustancia divina de Quetzalcoatl al echar éste la sangre de su pene a la masa que sirvió para crear a los primeros seres humanos de nuestra era. Por extensión, se dice que el corazón de cada especie es un dios cautivo, puesto que todos los dioses sacrificaron parte de su sustancia divina en Teotihuacan para crear una especie a su imagen y semejanza. Es decir, el corazón es como una semilla invisible impregnada por sustancia anímica de origen divino. Un corazón blanco simboliza alegría y bondad, mientras que un corazón negro simboliza maldad. El difrasismo “corazón y sangre” se refiere al cacao que se considera bebida divina
vi. Estiércol o excremento (cuitlatl) Simboliza todo tipo de faltas, sean engaños, hurtos, suciedades, mentiras. Al mismo tiempo, la evacuación se relaciona con la confesión, es decir, el descargar de las faltas. El excremento se utiliza además como fertilizante y como tal contribuye a la continuación de los ciclos vitales. La bebida embriagante se relaciona con otro tipo de excremento llamado tlailli. Así, la acción de comer excremento puede referirse a la limpieza de los pecados o a la borrachera. El excremento que sale del cielo puede ser una referencia al oro y la plata como excremento de los dioses (teocuicatl)
vii. Flema (alahuac) Un exceso de flema, causado por fiebres (figurativamente, rayos o flechas del cielo) se considera el origen de muchas enfermedades
viii. Hígado (elli) El hígado se considera centro vital de otra fuerza animadora relacionado con la vitalidad y el afecto. Al equilibrarse el elli con las demás fuerzas animadoras como el tonalli (concentrada en la cabeza) y el teyolia (concentrada en el corazón), se produce alegría y tranquilidad. Tener el elli duro o en abundancia equivale a tener espíritu lúcido y ser capaz de actos atrevidos y valerosos. Si las fuerzas del elli se dirigen hacia personas u objetos en la iconografía es indicación de amor, deseo o envidia
ix. Hueso (omitl) Aunque se pierde la fuerza animadora del corazón al morir, se cree que aún queda un poco de esta energía creadora primordial en los huesos. Así se explica el mito de la formación de los nuevos seres humanos del quinto sol de los huesos molidos de los antepasados
x. Mano (maitl) Las manos simbolizan todo tipo de actividades. Así el difrasismo “mano y pie” se refiere a los recursos humanos y las fuerzas corporales. Al verse una persona con las manos cruzadas delante del pecho denota que está muy hambrienta o necesitada. La acción de cubrirse un ojo con el dorso de la mano significa lamentación o remordimiento. La mano vieja significa lo arrebatado, lo arruinado, mientras que la mano cortada o pintada de azul es una referencia al sacrificio. Una mano (o garra o pata) muerta llevada por alguien funciona como amuleto; es decir, como un receptáculo de poderes mágicos. Una mano o garra en una vasija, por su parte, significa la acción de tomar o agarrar el sustento. La acción de agarrar una falda y blusa simboliza la sexualidad desenfrenada o el adulterio ya que el difrasismo “falda y blusa” se refiere a la mujer. Las manos también se asocian con el acto de robar, especialmente en asociación con una petaca (cofre) abierta
xi. Nariz (yacatl) Como órgano de conocimiento y sabiduría se asocia con el olfato, el sentido que nos permite distinguir entre lo sano y lo malsano y, por extensión, entre el bien y el mal, la verdad y la mentira. De allí expresiones como “su verdadera nariz” significan la verdad y la “falta de nariz” significa la mentira. Un cuchillo sobre la nariz es señal de gran capacidad de discernir entre el bien y el mal
xii. Ojo (ixtelotl) Los ojos se relacionan con la capacidad de razonar y el buen juicio; así son un componente esencial de la facultad del conocimiento. Cuando se refiere a la mirada de los demás el ojo puede representar los juicios negativos, la crítica externa o, alternativamente, la esperanza (como en la expresión “tienen los ojos puestos en ti todos”). Un ojo arrancado puede ser señal de muerte o de regeneración. Los ojos vendados son símbolos de ceguera o falta de buen juicio. Un cuchillo sobre el ojo es señal de gran discernimiento y capacidad racional
xiii. Ombligo (xictli) El ombligo es el punto de distribución de las energías vitales, por analogía con el centro o eje por el cual se mueve del cosmos
xiv. Oreja (nacaztli) Las orejas son otra sede del buen entendimiento. El difrasismo “cara y oreja” se refiere a los embajadores
xv. Piel (cuetlaxtli) La piel desollada es símbolo de la preparación del terreno para la siembra y, por extensión, de la primavera y la renovación. El dios de la primavera Xipe Totec suele vestirse con pieles desolladas
xvi. Rostro o cara (ixtli) El rostro denota la personalidad en el sentido de máscara o personaje; es lo que se muestra al público en el drama o espectáculo de la vida. El difrasismo “rostro y corazón” significa la persona, puesto que nuestra personalidad se crea de la interrelación dinámico entre nuestro ser interior y exterior. La cara de cenijado representa alguien que hizo mal y que piensa erróneamente que nadie lo sabe; la cara de palo es el tonto que no sabe callar ante los sabios
xvii. Saliva (chichitl) La saliva se relaciona con la ira o cólera, por lo cual se habla figurativamente de la saliva como un tipo de veneno o de mentira. Así se explica que la expresión “limpiar la saliva de los dioses” se refiera al acto de aplacar la ira divina. El gesto de poner el dedo en la boca significa jurar que lo dicho sea verdad o, especialmente si se hace después de tocar la tierra, una petición de favor divino
2. AVES Y OTROS VOLATILES
Las aves (tototl) y otros volátiles suelen tener un carácter espiritual, pues son mensajeros entre el cielo y la tierra (en el caso de la mayoría de las aves) o entre el inframundo y la tierra (en el caso del búho o tecolote y el murciélago). Así las aves que representan el cielo simbolizan el impulso hacia lo alto y las que representan el inframundo, el impulso hacia lo bajo. Un ave que posa sobre algo o alguien puede representar el lugar o la persona a que se dirige. También, el canto de las aves se asocia con la voz poética. Algunas aves relacionadas de manera especial con el canto incluyen el sinsonte o cenzontle (su nombre literalmente significa “cuatrocientos” voces o voces “sin número” por su gran capacidad mimética) y otro pájaro semejante llamado cuitlacoche. La gran importancia cultural de las plumas de ave se debe en parte a su capacidad fecundadora (en el mito de la diosa de la tierra Coatlicue, por ejemplo, es una bola de plumas que la penetra para concebir al dios patrono de los aztecas, Huitzilopochtli, el cual suele tomar la forma de águila o de colibrí. La fragilidad de las plumas, por otra parte, es símbolo del carácter efímero e inestable de todo lo creado, especialmente con referencia a la belleza, la alegría, la bondad, lo verdadero. La expresión “alas y cola” es una metáfora para los macehualtin o “merecidos” por el sacrificio de los dioses (su significado general es “la gente común” pero también puede referirse a la condición humana en general)
i. Aguila (cuauhtli) Se asocia con la velocidad, la buena vista y el poder visionario, los planes majestuosos, el volar muy alto. Representa la acción en contraste con la reflexión y virtudes como la valentía, la fuerza celestial, la capacidad para emprender cosas de gran altura, el sobresalirse en la guerra, la lucha para la libertad, lo grande, lo alto y elevado. El águila es también el vehículo de los grandes chamanes para ascender al cielo, donde reciben sus visiones y sueños proféticos. El águila se considera uno de los disfraces (las formas visibles) del sol por su fuerza y la luminosidad de sus plumas. Alternativamente, puede representar el “sol falso” y así lo codicioso, lo avariento, el que esconde lo que tiene de los demás. Metáforas verbales relacionadas incluyen: el "águila que asciende" que es el sol de la mañana; y el "águila que desciende" (cuahtemoc), que es el sol de la tarde; las “plumas de águila” son señal de alta categoría social, atributo de grandes guerreros y chamanes. Así el llevarse plumas de águila es signo del más alto grado jerárquico, especialmente cuando se llevan las plumas de águila en la cabeza
ii. Búho real o tecolote (tecolotl) Es símbolo de hechicería, de comunicación con los dioses del inframundo y del poder de transformación mágica. Porque tiene la capacidad de ver en la oscuridad se dice que tiene el poder de ver lo que está oculto. Los grandes hechiceros se llaman “hombres búho” pues se dice que toman la forma del tecolote al salir por la noche. Se cree que el tecolote tiene el poder de encantar a la gente, y que su canto pronostica el destino. La lechuza (chicuatli) es más pequeña
iii. Codorniz (zolin) La ofrenda de codornices sacrificados al sol puede simbolizar la acción de finalizar la noche para darle paso al día. Así el sol se recibe todos los días con oraciones y ofrendas de codornices en su honor (codorniz de agua = azolli)
iv. Colibrí (huitzilin) Representa la riqueza, la felicidad, la gloria. De hábitos diurnos, su vuelo en continuo movimiento se asocia con el vigor. Así funciona como símbolo de juventud y renovación, pues se dice que entra en hibernación de noche y vuelve a despertar de nuevo a la salida del sol, por lo que se asocia también con la vida eterna. En la mitología aparece como un joven guerrero del sol, mensajero de los dioses de la guerra. Al morirse los guerreros en el campo de batalla o en la piedra de los sacrificios se dice que sus espíritus se convierten en colibríes que vuelan hacia el paraíso presidido por el sol. El colibrí además es el sol mismo, ya que es la forma que toma el sol al descender a la tierra en búsqueda del néctar de las flores. Un mito cuenta que el sol y la luna habían formado la primera pareja, pero como no podían encontrarse en el firmamento, el sol se transformaba en colibrí para ir a cortejar a la luna.
v. Faisán (coxolitli) Una ave asociada con el dios de la alegría, las fiestas y las artes, Xochipilli
vi. Garza (aztatl) La garza blanca representa la pureza. El sacrificio de una garza así representa una ofrenda especialmente valiosa. El dios de la caza Mixcoatl, cuyo nombre significa “nube blanca”, suele llevar un bastón con cabeza de garza
vii. Gavilán (tlotli) Otro ave rapaz que combina características del águila y del halcón, similar al cuervo (cacalotli) por su plumaje negro
viii. Golondrina (cuicuitzcatl) Alguien con “boca de golondrina” es parlero y hablador
ix. Guacamaya o arará roja (chiconcuetzalli) Representa lo brillante y espectacular; alternativamente, puede simbolizar la presunción, como en la leyenda de Siete Guacamaya en el Popol Vuh. Sus plumas rojas se asocian con el fuego. Otra variedad de guacamaya es el cochotl
x. Guajolote (totolin) Ave relacionada con el dios Tezcatlipoca en su encarnación como Chalchihuihtotolin, dios “guajolote de jade”, quizás porque el pico de guajolote se usa en la magia para provocar la impotencia huexolotl
xi. Halcón (huactli) Ave que despedaza serpientes o se las come enteras. Así puede representar el peligro o su opuesto, la seguridad. El halcón tiene dos gritos, uno es señal de que todo va a estar bien, mientras el otro se considera de mal agüero. Es otra de las formas animales del dios Tezcatlipoca
xii. Murciélago (tzinacan) En la mitología nahua, el murciélago nace del semen de Quetzalcoatl. Fue enviado por los dioses para que mordiera la vulva de Xochiquetzal, diosa de las flores y del amor carnal, para que los dioses hicieran flores de la parte arrancada
xiii. Papagayo o loro verde (queletzu) Puede representar los que hablan demasiado y los mentirosos o, alternativamente, los bien entendidos y de buena memoria. Otro tipo de loro amarillo se llama toznene
xiv. Quechol (quecholli) Pájaro asociado con el estado paradisíaco. Sus plumas se usan en varios adornos e insignias. Algunos colores y combinaciones tienen un significado especial al indicar el rango o estatus social del que las lleva. El quechol también funciona como símbolo de los amantes por la invocación tradicional en los cantos matrimoniales.
xv. Quetzal (quetzalli) Representa la nobleza y la riqueza. Se destaca especialmente por las largas plumas verdeazules de su cola; éstas son tan apreciadas que comparan a las piedras preciosas como el jade y la turquesa. El término "quetzal" es un nombre genérico que se utiliza para designar el adorno, lo hermoso y precioso en general, todo lo que es altamente apreciado o costoso. Así puede significar la prosperidad, el bienestar o cualquier cosa que provee riqueza material y espiritual. Casi todos los dioses y señores mesoamericanos llevan plumas de quetzal en sus atavíos e insignias. Uno de los más preciados es el penacho señorial que se porta a manera de corona. Las plumas de quetzal suelen ser indicio de nobleza o de sentimientos altos y nobles
xvi. Tórtola (cocotli) Generalmente representa la humildad y la vida pacífica. Similar a la paloma (huilotl)
xvii. Zopilote o buitre (cozcacuahtli) Se distingue del águila real por su calvicie, el cual lo asocia con la vejez, la vida larga, y por extensión, la discreción, la sabiduría, la prudencia. Se considera símbolo de gran consejo y autoridad, un defensor de la comunidad ya que, al vivir de la carne muerta de los cadáveres, hace posible la regeneración y limpia el mundo de lo corrompido.
3. ANIMALES ACUATICOS
i. Caimán o lagarto (cipactli) Es el monstruo terrenal y el primero de los veinte signos de los días. Así representa la primacía, la energía generadora, el principio de cualquier acción, lo antiguo, la multiplicación, la fundación de un linaje. Por su piel espinosa se relaciona con la ceiba joven que tiene espinas cónicas en el tronco. El caimán se asocia también con las enfermedades frías
ii. Caracol (ectli) El desarrollo espiritual se representa por la forma del espiral al evocar el germen de la vida que se va evolucionándose en forma cíclica hacia el futuro. También representa el pensamiento divino, el inicio del universo, la expansión cósmica que emana del centro, el afán de perfeccionarse. En términos más generales, representa todo movimiento de lo interior hacia lo exterior, de lo no manifestado a lo manifestado, de lo eterno a lo temporal. Como la concha de caracol tiene una forma análoga al oído, sirve para recibir el sonido primordial, el mensaje de la vibración cósmica. El caracol llamado teccistli se asocia con el dios Teccistecatl, el joven rico y presumido que se convirtió en la luna al faltarle el valor para convertirse en el sol. Esta asociación lunar se explica también por la manera en que el animal que vive en la concha se asoma a veces totalmente y a veces parcialmente, como a la luna. La concha como instrumento musical se relaciona con el viento; se suele tocar en el ascenso y descenso del sol, en los funerales y en las ceremonias para llamar la lluvia. Según la leyenda, Quetzalcoatl nace de un caracol y emprende desde su nacimiento un largo camino a la perfección. En la iconografía, el dios Quetzalcoatl y sus advocaciones llevan como insignia un pectoral de concha asociado con el viento (ehecacozcatl), mientras que Tezcatlipoca y las divinidades relacionadas con él suelen llevar otro tipo de adorno de una concha llamada anahuatl
iii. Lagartija (cuetzpalin) Animal desnudo considerado símbolo de lo erótico. Otras asociaciones con la desnudez incluyen la vulnerabilidad y la condición de estar endeudado. Todos nacemos desnudos en ese sentido al deber todo a los que nos han dado la vida y estar completamente dependientes en los que nos cuidan. La vida de la lagartija se caracteriza por ser trabajosa y corta; por eso, la presencia de una lagartija puede significar trabajos, penas y sufrimientos. Alternativamente, puede significar la prosperidad fácil porque la lagartija se queda inmóvil por mucho tiempo echada en la pared. Además, las caídas no le hacen daño, siempre sale corriendo, e incluso puede regenerar los miembros cortados, por lo cual representa la capacidad de sobrevivir los daños recibidos. En la iconografía la lagartija también puede significar abundancia de agua por su asociación con los dioses de la lluvia. La expresión “lagartija que brinca sobre el petate” significa que los dioses han escuchado el ruego de alguien
iv. Pez (michin) Los peces se consideran una representación de la abundancia y la fecundidad del mar. También se asocian con una de las creaciones anteriores a la nuestra, según el mito que cuenta que los primeros seres humanos se transformaron en peces al llegar al fin de su creación o “sol”. Un pez de jade, por su parte, representa al recién nacido y, por extensión, cualquier cosa preciosa y frágil
v. Serpiente (coatl) La serpiente en general sirve como símbolo de pasión y vitalidad, por una parte, y de vicios y enfermedad, por otra. Puede servir como instrumento de justicia divina al servir como devoradora de “conejos” (es decir, borrachos y cobardes) y “lagartijas” (es decir, adúlteros y endeudados), especialmente si es una serpiente que baja del cielo. Las serpientes enlazadas suelen significar enredos o intrigas. Una serpiente que se eleva representa la agresividad imprudente; es también símbolo de hechicería. Una serpiente segmentada simboliza la segmentación de las energías vitales. Una serpiente que cruza el camino delante de alguien representa la muerte o el cambio repentinos, como en la expresión “cortóme el hilo de la vida”.De la palabra coatl se deriva el mexicanismo actual “cuate”, que significa amigo o gemelo. Así una serpiente puede significar el doble o alterego de una persona o categoría de personas. La serpiente de fuego (xiuhcoatl), por ejemplo, es símbolo de la realeza por asociarse con los dioses solares. Las serpientes también sirven como guardianes de los espacios sagrados y pueden representar sueños y visiones. La serpiente de nubes es la galaxia de la vía láctea, que divide el cielo nocturno entre estrellas del norte y del sur; también representa la tormenta, de la cual pueden salir rayos o relámpagos en forma de llamas. La serpiente de dos cabezas representa la armonía de contrarios. La serpiente emplumada representa la fuerza del remolino; es el corazón del mar creado por la unión del océano celeste con el océano terrestre al final del horizonte. La serpiente también se relaciona con los ríos por su movimiento serpentino. La serpiente llamada cincoatl o serpiente de maíz, asociada con Centeotl, el dios de maíz, se considera de buen agüero por entrar a las milpas y salvar las siembras de los ratones y otros roedores. Otro tipo de serpiente, asociada con la diosa Tlazolteotl, es el coralillo (cuicuicoatl) cuya piel tiene bandas alternantes de rojo, blanco y negro. Su veneno causa parálisis rápida e insuficiencia respiratoria en su presa. En la iconografía, la acción de despedazar o destruir un coralillo puede significar la superación o salvación del peligro y los vicios o, alternativamente, la acción de despedazarse por el vicio. Otra serpiente venenosa es la víbora de cascabel, que se llama coacuechtli en náhuatl
vi. Tortuga (ayotli) Sirve tanto como una representación de la tierra como del agua terrestre y del agua celeste. Es símbolo de la tierra por su caparazón redondo y duro. Al mismo tiempo, es símbolo del agua terrestre porque habita en ríos y mares. Finge también como símbolo del agua celeste y la lluvia y los truenos porque se dice que los atrae con sus lágrimas. El caparazón de tortuga es un tambor natural cuyo sonido recuerda al trueno
4. CUATRUPEDOS
i. Comadreja (cozamatl) Mamífero pequeño muy apreciado por su piel. Es animal de la noche
ii. Conejo (tochtli) Un animal asociado con la luna y los ciclos de la fertilidad humana y agrícola. Es señal de abundancia por su gran capacidad reproductora. Como símbolo de la tierra sembrada y la cosecha se asocia con la abundancia de la siembra y la cosecha; además puede connotar cobardía, persona que da lástima o, alternativamente, persona piadosa y humana, respetada y querida por todos de quien se dice: “así es su conejo”. Se identifica dentro del disco de la luna la figura de un conejo que los dioses colocaron allí para que no brillara tanto como el sol y así pudieran alternar la noche y el día.
Los cuatrocientos conejos son los dioses del pulque, asociado con la borrachera y el fervor religioso. Como “cada borracho tiene su particular conejo” se cree que cada uno reacciona de manera individual al estar posesionado por los dioses de las bebidas alcohólicas. La expresión "conejo que entra en la casa" es un anuncio de destrucción. "Vivir como conejo” significa vivir en el monte, de manera ascética y poco culta. El difrasismo “conejo y venado” se refiere a la vagancia por carecer estos dos animales de una morada permanente
iii. Coyote (coyotl) Se considera el más astuto de todos los animales del monte, por lo que los guerreros se visten de coyote para poder atrapar a sus enemigos. También se identifica con el abuelo como prototipo de la paternidad, por la facilidad con que se reproduce y su instinto de protección de la prole. Se personifica en el dios Huehuecoyotl o “coyote viejo”
iv. Jaguar (ocelotl) Representa la fuerza, valentía, vitalidad y fortaleza de la noche. También se asocia con el peligro y con las actividades de chamanes que toman la forma de naguales. "Imitar al jaguar" significa ser osado, atrevido, altivo, presuntuoso, soberbio, fantasioso, grave. Por su presencia y belleza, su fuerza y nobleza, es emblema de los linajes gobernantes y del poder real. Gran cazador nocturno, por su fiereza es símbolo también de la orden militar de los caballeros jaguares. Se personifica en Tepeyollotl, "corazón del monte", el señor de la tierra salvaje y los bosques oscuros, de las fuentes, cuevas y cavernas llenas de agua, del mundo nocturno y subterráneo. Su rugido recuerda el ruido producido por los terremotos y por eso sirve como anuncio de muerte o guerra. Por las manchas de su piel se compara con el cielo estrellado, y en particular, la constelación de la Osa Mayor. Se considera el jaguar la oscuridad que devora al sol durante los eclipses.También se asocia con la medicina al usar su carne en curaciones. Los colmillos de jaguar representan las contrariedades, los castigos, las reprehensiones
v. Mono (ozomatli) Es símbolo del ocio, el chisme, la inocencia, la gracia, la diversión, la burla. Es el bufón celestial que hace reír a los dioses, cuyos movimientos son los del planeta martes que avanza y retrocede de manera ingeniosa por el cielo estrellado
vi. Perro (izcuintle) No es propiamente un animal del monte, pues es uno de los pocos animales domesticados de la Mesoamérica antigua. Representa la fieldad, la bondad, pero también la falta de vergüenza. Es el guardián y guía de los seres humanos, el encargado de ayudar a los difuntos a cruzar el río del m ás allá
vii. Puma (mizton) Su color amarillo es como el sol de mediodía y su piel, al no tener manchas, simboliza el cielo diurno y el día mismo, la luz y la claridad. Sus virtudes incluyen el valor, la fuerza y la fiereza, por eso se asociaba con una orden militar de guerreros
viii. Tlacuache (tlacuatzin) Es símbolo de la fertilidad de la madre, de la mujer embarazada y del parto. Esto se debe a que es marsupial que carga y protege a sus hijos dentro de su bolsa. Se le conoce como la abuela del alba, modelo de maternidad al darse luz al día y al sol. También es el que se roba el fuego para los hombres, ya que éste pertenecía a los dioses, que lo guardaban celosamente. Por eso representa la inteligencia en servicio del bien común. Su cola sirve como medicina para el parto. En los conjuros se le llaman “negro espiritado” porque ayuda a sacar al niño o cualquier cosa del cuerpo
ix. Venado (mazatl) Es el animal del monte por excelencia, el padre original. Es, además, el principal animal de caza y como tal el doble o alter ego del buen cazador, quien tiene que identificarse con su presa, convertirse él mismo en venado, para poder capturarlo. Así el sacrificio del venado funciona metafóricamente como sustituto del más valioso de los sacrificios, el del ser humano. Como signo de la veintena, el venado implica miedo y pusilanimidad. Su constelación se encuentra en el cielo del norte donde es perseguida por la gran estrella Venus a través del firmamento en una gran cacería celestial. El difrasismo “conejo y venado” se refiere a la vagancia por carecer estos dos animales de una morada permanente
x. Zorro (epatl) Es una de las manifestaciones animales de Tezcatlipoca
5. INSECTOS
i. Alacrán (colotl) Representa el peligro de conflictos y pleitos, como las intrigas que circundan a los gobernantes. Una leyenda cuenta que el alacrán era primero un hombre que no pudo mantener sus votos de castidad por ser tentado por mujeres. También se asocia con las enfermedades reumáticas
ii. Araña (tocatl) Se identifica con Tlazolteotl, la diosa madre, patrona de tejedoras. Tal como esta deidad, su influencia puede ser maléfica, significando enredos, enfermedades, vergüenzas, o benéfica, por desenredar, sanar o purificar esos mismos males
6. REINO VEGETAL
i. Amaranto (huautli) Al usarse tradicionalmente la masa de amaranto para confeccionar figuras de dioses comestibles, su cultivación y consumo fueron prohibidos durante la época colonial por considerarse una apropiación demónica del sacramento de la comunión
ii. Arbol (cuahuitl) Los árboles en general representan la firmeza, la autoridad. En la cosmología mesoamericana se dice que hay cuatro árboles cósmicos en cada una de las cuatro esquinas del plano horizontal y un quinto árbol (el llamado “árbol de la vida”) en el ombligo o centro del cosmos. Las ramas de estos árboles penetran por las cuatro capas del cielo visible y sostienen los nueve pisos superiores del cielo invisible. Estos árboles también funcionan como las conductas del cosmos, ya que por sus troncos huecos llegan las influencias benéficas y dañinas de los dioses celestes y subterráneos. El árbol florido (xochicuahuitl) es una referencia directa al árbol de la vida; se suele representar en los códices pictográficos en forma de cruz. Cuando aparece un árbol florido en una escena iconográfica, puede representar el génesis, la fuente de la sabiduría, el pasaje de estado de ignorancia a uno de conocimiento. El árbol quebrado funciona como símbolo de discontinuidad y ruptura que puede llevar a la muerte o la renovación, por asociarse con Tamoanchan, “lugar del descendimiento”, el paraíso mítico situado en el noveno cielo, desde el cual se envía la esencia o espíritu de los seres humanos a la vientre materna. Un árbol en un recipiente simboliza la fertilidad, por considerarse los árboles el origen de la “espuma de agua” que el viento utiliza para formar las nubes. Otro símbolo de fertilidad son las ramas verdes de los árboles; si son ramas de pino o abeto blanco (acxoyatl) simbolizan el buen comportamiento al usarse mucho en los ritos mesoamericanos. El gobernante, por su parte, se equipara a un gran árbol frondoso que cubre a sus súbditos con su sombra refrescante y protectora. La acción de subirse a un árbol simboliza el éxito, la llegada a lo alto, mientras que el caerse de un árbol es símbolo del fracaso eventual de una empresa. Algunos de los árboles que aparecen en el códice Borgia son: el árbol de abeto (un tipo de pino) con “hojas” en forma de lágrimas, del cual se cortan las ramas de ocote preciadas por su olor al ser quemadas y por su lumbre al formarse antorchas de haces de ocote; los árboles frutales se distinguen del abeto por tener “hojas” más redondas; el árbol de pochote (identificado con la ceiba o el roble) suele tener unas “flores” estilizadas dentro de sus hojas circulares; el árbol de palma, por su parte, se identifica por sus “hojas” más cuadradas
iii. Caña, carrizo (acatl) Simboliza la autoridad en el sentido de fundación de un señorío o mando; alternativamente, puede representar lo hueco, lo vacío. Se usa en la fabricación de varas, como la que se usar para taladrar el fuego, de flechas y del bastón de mando. Otros símbolos de autoridad incluyen la corona y el trono
iv. Flor (xochitl) Simboliza lo deleitoso y alegre, el éxito o florecimiento de una empresa o carrera, la autorrealización, el embellecimiento. Alternativamente, puede representar la melancolía, la superficialidad y la vagancia. Si las flores salen de la boca de alguien, significa el discurso precioso, la facilidad para la retórica y el buen decir. Flores que salen de una vasija significan el sustento precioso, mientras que las flores que salen de un bracero simbolizan la vida espiritual floreciente. Algunas flores usadas comúnmente en los ritos mesoamericanos incluyen el tzompanxochitl (cempasúchil o damasquina; también conocida como “flor de muerto”) y el cacaloxochitl (alejandría). La esencia o “corazón” de las flores viene de la sustancia divina de Xochipilli y Xochiquetzal, dioses de la sensualidad y la belleza y, como tales, patrones de las fiestas, las artes y la nobleza. Esta pareja divina se representan como jóvenes bellos adornados de capas finas, ropa bordada y joyas lujosas. Xochiquetzal se identifica visualmente por tener una mariposa en la boca, una nariguera escalonada y portar instrumentos del tejido como el huso, mientras Xochipilli suele llevar un bastón de corazón ensartado (yolotopilli) y un yelmo de faisán
v. Hierba, matorral, enredadera (malinalli) La hierba es símbolo de la tenacidad (el signo correspondiente en el calendario maya es un diente) por representar lo que muere y revive con facilidad. En el verano, la hierba crece rápido y en abundancia; pero al llegar el invierno se seca y parece muerta hasta la llegada de la primavera cuando renace y se reverdece. Así, las características positivas de este icono son la tenacidad y la renovación. Pero por su “muerte” periódica se asocia también con la sequía y la esterilidad. La expresión “ponerse hierbas encima” significa estar afligido y pedir consuelo. El patrono del día calendárico hierba es Pahtecatl, dios de la medicina
vi. Maguey (metl) El maguey se identifica con Mayahuel, diosa del maguey, cuyo sacrificio da origen a las ceremonias religiosas. Por eso se considera una planta sagrada. El consumo de pulque, la bebida fermentada de maguey, fuera del uso ceremonial se considera motivo de deshonra, sin embargo, especialmente si se emborracha por fines egoistas en lugar de ceremoniales. Pero a los mayores de 52 años se les permitía tomar todo el pulque que querían; por eso un recipiente lleno de pulque puede ser indicio de la larga vida. La espina o púa de maguey es símbolo tanto de pleitos y castigos como de penitencias y merecimientos, por ser usada para sacarse la sangre como ofrenda a los dioses. Funciona sobre todo como símbolo de piedad
vii. Maíz (tlayolli) La estrecha relación entre los seres humanos de la época actual y el maíz es un constante en la mitología mesoamericana. El maíz en nahuatl se llama tonacayotl, de tonaca, “nuestra carne”En la iconografía, la seda de maíz evoca la caballera humana y los granos de maíz, los dientes. El maíz sirve en general como símbolo de abundancia. No se siembra como otros cereales al boleo pues cada semilla se introduce en un hoyo individual que se abre y luego se cierra. En la iconografía los elotes significan la hartura, la llegada a la plenitud, al auge, al éxito. Los colores del maíz incluyen el blanco, el amarillo, el azul, el rojo y el multicolor o xochicentli. El maíz se utiliza tanto en ritos de adivinación como en los de curación al funcionar como medio de conteo para cálculos rituales. Como el maíz es de doble naturaleza sexual, hay pares de dioses diferentes asociados a cada etapa de su crecimiento: Xilonen (diosa femenina) y Piltzintli (dios masculino) son el maíz tierno (elotl); Chicomecoatl (“siete serpiente”) o Centeotl es la mazorca de maíz maduro (centli); Ilamatecuhtli, que combina la vejez femenina (ilamatl) con el señorío masculino (tecuhtli) es el maíz seco viejo. Centeotl es hijo de los ancianos Tonacatechutli y Tonacacihuatl; su equivalente en la mitología maya quiché es Uno Cazador, el padre de los gemelos héroes. La época de la primera siembra de maíz se conoce en Mesoamérica por el paso del sol por el cenit y por la puesta al atardecer de las Pléyades, las cuatrocientas o infinitas estrellas, a fines de abril o principios de mayo; la primera cosecha y la segunda siembra se asocian con cierta posición de la Vía Láctea y el segundo paso del sol por el cenit a mitades de agosto; la segunda cosecha se da en época del solsticio de invierno en diciembre
viii. Peyote (peyotl) Una especie de cacto cuyo nombre en náhuatl evoca su semejanza física al capullo de gusano. Su importancia ritual viene de su uso en los ritos de iniciación chamánicos. Se supone que el ser que anima la planta es el guía en el viaje espiritual lleno de pruebas y peligros. En los casos de “viajes” o visiones exitosos, el peyote le ayuda al chamán para alcanzar una comunicación con el mundo espiritual y así lograr que se le transmita una experiencia directa de los actos de creación primordiales. Otras plantas alucinógenas mesoamericanas incluyen las semillas de varias formas de campanilla: una redonda llamada ololiuhqui que se considera femenina y otra negra y alargada llamada titliztin, que se considera de esencia masculina. La semilla de la datura, llamada toloatzin, también se consuma por sus poderes alucinatorios, así como las del árbol tzompanquahuitl que se llaman “colorines” por ser mitad rojas, mitad negras. La planta pipiltzintzintli (savia divinorum) es otra planta alucinógena. Por fin, varios hongos usados por inducir visiones espirituales se consideran de “carne divina” al llamarse en náhuatl teonanacatl. Hay tres especies principales de estos hongos alucinógenos, cuyos nombres científicos son psilocybe, stropharia y conocybe
ix. Piciete (picietl) Una variedad de plantas llamadas yetl en náhuatl que incluye el tabaco (quauhyetl). Su uso ritual es importante tanto en las curaciones como en las ayunas y penitencias. Sus hojas se usan por los curanderos para hacer la “limpieza” ritual del cuerpo que van a curar; también se sopla humo de piciete en algunos tipos de curaciones y se usa en forma de emplasto contra las mordeduras de culebras y arañas. Su uso en las penitencias y ayunos viene de su efecto, al ser masticado, de mantener las energías y suprimir el hambre. Se evoca iconográficamente por el bule o calabaza que los sacerdotes llevan a la espalda
7. REINO MINERAL
i. Jade (chalchihuitl) El jade representa lo más precioso, sea en forma de un niño muy amado, un tesoro muy rico, un discurso muy prudente, etc. En el discurso poético una cuenta de jade pulida se compara al corazón valiente y caritativo. A veces se pinta como un disco circular, a veces como cuentas de collar, pero siempre en asociación con el color verdeazul y, por extensión, con la verdura del campo florecido. La casa del dios del fuego Xiuhtecuhtli se representa iconográficamente por una cuenta de jade ubicada en el centro de las cuatro partes del cosmos
ii. Obsidiana (itztli) El dios Itztlacoliuhqui, “punta encorvada de obsidiana”, es la esencia divina de la obsidiana. A veces se le muestra con los ojos tapados con el nombre de Ixquimilli
iii. Oro Si el jade representa la época de lluvias cuando los campos están verdes, el oro simboliza la época de calor que se asocia con el sol. Junto con la plata, el oro se considera el excremento de los dioses, teocuicatl
iv. Turquesa (teoxihuitl) La turquesa es el azul divino, el color del agua y del año solar (xihuitl) de 365 días
VI. COSAS DE MANUFACTURA HUMANA
i. Adornos Incluyen el collar o sartal, la pulsera o brazalete, la orejera, la nariguera, el diadema y otros tocados, la tobillera y el bezote. Suelen ser de jade, oro o turquesa. En general, los adornos simbolizan el honor, la riqueza, el rango, el prestigio
ii. Azuela (matepoztli) Herramienta compuesta de una plancha de hierro cortante y un mango corto de madera que se usa para desbastar o pulir la madera
iii. Bastón (tlacolli, topillo) Hay varios tipos de bastones comunes en la iconografía mesoamericana. El bastón de comerciante o viajero es un palo de madera bastante sencillo con pocos adornos. El bastón de anciano suele ser encorvado para representar la vejez y la sabiduría acumulada por la experiencia. El bastón de mando suele ser de caña con varios tipos de adornos según los poderes atribuidos a quien lo porta. Se lleva por todo tipo de autoridades, reyes, gobernadores, jueces, etc. Los dioses también tienen sus bastones característicos: el de Quetzalcoatl es un cetro curvado llamado chicoahcolli; el de Xochipilli se llama yollotopilli por tener un corazón ensartado; y el de Coatlicue, llamado coatopilli, se forma de su serpiente preferida, el coralillo
iv. Bolsa sacerdotal (copalxiquipilli) Funciona como símbolo del poder adivinatorio por medio de la penitencia, por servir para llevar el copal (copalli). Otro objeto relacionado con el oficio sacerdotal es el bule o calabaza semiesférica (tecomatl) en el cual se guarda el piciete (una variedad de tabaco) usado en la medicina y en el ayuno penitencial
v. Bracero (tlecuitl) Su significado iconográfico se refiere al culto y, por extensión, la vida espiritual en general. Cuando está lleno de ofrendas de incienso, leña o rajas de ocote representa la buena conducta, el hacer las ofrendas debidas, el pagarse las deudas. Tanto el humo de incienso como el olor de incienso echados por la goma o hule de copal y las ramas de pino (ocote) constituyen una referencia a la virtud de la reciprocidad al servir para “dar de comer” o alabar a los dioses. El humo del bracero sirve además como medio de auto-purificación. El incensario (popochcaxitl) tiene funciones y significados similares al brasero
vi. Bulto mortuorio El bulto mortuorio suele representar los antepasados y su culto. Así puede ser indicio de muerte pero también de reverencia
vii. Cacaxtle (cacaxtli) armazón de madera que se usa para llevar bultos de leña a espaldas. Todo lo que se carga en la espalda simboliza obligaciones, tributo
viii. Coa o palo sembrador (huitzoctli) Sirve como una representación del falo humano. Juntos, coa y mecapal son atributos del macehualli y por lo tanto simbolizan el trabajo duro y el comportamiento correcto de la persona humilde. Un mecapal (mecapalli) es un ceñidor de carga que se pone en la frente para poder controlar el peso de lo que se lleva a la espalda
ix. Cuchillo de pedernal (tecpatl) Simboliza la lucha espiritual, una operación que puede resultar en la curación de un mal y la regeneración o en la muerte y la esterilidad. La acción de cortar con un cuchillo de pedernal o de obsidiana también puede representar la luz del conocimiento, la capacidad analítica, la inclinación al estudio y la investigación. Así un cuchillo sobre el ojo puede significar la capacidad analítica racional, mientras que un cuchillo sobre la nariz simboliza la capacidad ética de distinguir entre el bien y el mal. Otro significado del cuchillo es el sacrificio, en el sentido tanto ceremonial como también cotidiano. La acción de cortar una cabeza con cuchillo se relaciona así con el trabajo duro del campesino al hacer la cosecha y también con el guerrero que vence al enemigo en el campo de batalla y, por extensión, con cualquier persona que sale victoriosa contra sus rivales. Otro tipo de cuchillo, hecho de obsidiana, se llama itztli en vez de tecpatl
x. Escudo (chimalli) Un escudo con haz de flechas o un escudo con macana es símbolo de la guerra. El diseño de plumas en los escudos identifica a la ciudad o barrio (calpulli) específicos
xi. Espejo (tezcatl) El espejo en general es símbolo de conducta ejemplar, de servir como modelo para los demás. El espejo de obsidiana en particular es símbolo del dios omnisciente Tezcatlipoca y de la capacidad en general para prever el futuro
xii. Flecha (mitl) Se asocia con la caza, la batalla, el destino. Figurativamente, las flechas representan los rayos del sol que sirven como mensajeros entre cielo y tierra. Como atributo del guerrero representan la búsqueda de la perfección, la superación de la dualidad y de la corrupción inevitable del mundo material. Por otra parte, las flechas pueden representar la justicia divina, especialmente si vienen del cielo, o el castigo recibidos por las faltas o los crímenes cometidos. Un conjunto de flechas y escudo simboliza la guerra o el guerrero y, por extensión, todo niño varón La expresión “es verdaderamente mi flecha” se usa para referirse a alguien de grandes méritos, que cumple bien con su destino de guerrero a servicio de los dioses celestes
xiii. Hacha o machete (maxelotl) Suele simbolizar la justicia también, pero en este caso se asocia con el rayo justiciero de los dioses de la lluvia. “Dar el hacha” significa reprender o corregir a alguien. Por su doble naturaleza como arma tanto de ataque como de defensa, el hacha también sirve como protección contra el rayo. Su uso para cortar madera o leña lo hace símbolo también del trabajo del tallar árboles o cualquier trabajo duro
xiv. Lanzadardos (atlatl) Junto con los dardos o varas arrojadizas que se usa con el atlatl, éste funciona como símbolo de la caza y de la vida a la intemperie y poco materialista del cazador ejemplar
xv. Mecate (mecatl) Cualquier cosa trenzada sirve como símbolo de los lazos y trampas de la vida, los cuales se pueden evitar sobre todo por el ayuno penitencial y la humildad. Así, la cuerda extendida significa la resolución de los problemas, mientras que los cordeles enredados son señal de confusiones o complicaciones. Otra representación iconográfica similar es la red, la cual se asocia tanto con las dificultades como con las soluciones a los problemas enfrentados en la vida
xvi. Pelota (tlachtli) La pelota sirve como símbolo tanto de ofrenda como de juego. En el códice Borgia suele aparecer como un tipo de ofrenda quemada, asociándose así con la goma de copal, una forma de incienso hecho de resina de árbol
xvii. Petaca o caja (petlacalli) La petaca funciona como símbolo de la hacienda, los bienes materiales, como también de algo o alguien que está bien cuidado o guardado, como un secreto o una persona muy querida. Si hay una caja abierta, representa el robo
xviii. Petate o asiento (petlatl) Simboliza la autoridad y el poder del que gobierna, especialmente el asiento cubierto con plumas de águila (cuaupetlatl) o de piel de jaguar (ocelopetlatl), los cuales representan la autoridad divina
xix. Punzón o perforador de hueso (tepozomitl) El punzón de hueso es otro símbolo del autosacrificio. También se usa para trazar los días del calendario profético. Por eso se asocia con los ancianos adivinos, Oxomoco y Cipactonal, quienes fueron creados a imagen de la pareja divina original, Ometecuhtli-Omecihuatl, señores de la dualidad, también invocados como Tonacatecuhtli-Tonacacihuatl, señores de nuestra carne o sustento. Así, los que manejan el punzón de hueso son sabios conocedores de las matemáticas que utilizan su sabiduría por el bien colectivo, ayudando así a sustentar a sus próximos y al cosmos en general
xx. Recipiente (caxitl) Es algo que contiene la energía vital, sea en forma de jícara, vasija, olla, cántaro, etc., por lo que representa todo lo que tiene que ver el sustento, con lo que hace posible la continuación de la vida. Si un recipiente está lleno de comida significa una vida llena de todo lo bueno, mientras que un recipiente caído es indicio de la pérdida de lo necesario para sobrevivir. Otros significados más específicos incluyen: una vasija blanca llena de agua como símbolo de la luna y una olla con brazos y piernas humanos es una referencia a la acción de caerse prisionero, de sufrir derrota. Una olla llena de pulque es una ofrenda especialmente valiosa, por el sacrificio de Mayahuel que da origen a las ceremonias religiosas.
xxi. Sonaja (ayacachtli) Simboliza el poder generativo por ser instrumento de las deidades de la lluvia y la fertilidad. Al tocarse, sirve para dar animación, alegría, fuerza, esperanza. El toque del tambor y la sonaja sirve además para llamar a la guerra. Otros instrumentos de percusión son los cascabeles que se llevan en los tobillos y en las muñecas
xxii. Soga o cuerda de la penitencia (nezaualli). La soga de juncos constituye una referencia a la práctica del autosacrificio y el acto de tomar cautivos. En términos mitológicos se refiere al camino blanco lleno de sustancia vital que sirve como uno de los medios por el cual los dioses y los humanos se nutren de manera recíproca. Las cuerdas usadas para amarrar a los cautivos eran decoradas con plumas de garza y banderitas de papel blancas. Así las plumas de garza y las banderitas blancas sirven para referirse a la acción de capturar la esencia vital. Así las sogas pueden interpretarse como una exhortación para atreverse o arriesgarse en una gran empresa o como aviso a alguien que va por mal camino
Significado simbólico de los colores:
i.
azul o verde en general (xiuhuitl) = precioso, año solar, centro (verdeazul (chalchihuitl) = jade, esmeralda, fertilidad, agua viva, época de lluvias, campos florecidos)
ii. blanco (iztac) = creatividad, luz crepuscular (vía láctea iztacmixcoatl = serpiente blanca)
iii. dorado (coztic) = abundancia de sol y calor, cosecha, color de piel de la mujer
iv. negro (tliltic) = magia, noche, mundo subterráneo, lo femenino, lo nocturno, lo invisible, lo desconocido ( negro y rojo = escritura, modelo, buen ejemplo)
v. rojo (tlapalli; también significa "color" en general) = nobleza, fertilidad, juventud, luz matutina ( negro y rojo = escritura, modelo, buen ejemplo)