Natalia Rivero,
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Boricua en España
Hola, me llamo
Natalia y no hablo español ni castellano sino una variante
lingüística parecida llamada borinqueño o
puertorro. Esta variante lingüística y yo tenemos algo en
común: es originaria de una isla del Caribe pequeñísima
que usualmente no sale en el mapa y es conocida por el género musical
del reggaetón y porque dicen mi amol entre otros
disparates. Viven cuatro millones de personas en esta isla caribeña
microscópica. Hemos sido colonia española, holandesa,
española otra vez y estadounidense desde el 1898 (ahora nos consideran
un territorio y no una colonia, pero en mi opinión, es lo mismo). Como
fuimos colonia española durante tanto tiempo (desde el 1493 cuando la
isla fue descubierta por el gran Cristóbal Colón) la
mayoría de las personas que todavía viven en la isla son de
ascendencia española, mestizos o mulatos, pues el español es la
lengua oficial. Aunque somos territorio de los Estados Unidos, mucha gente no
habla inglés pero el español que hablamos está
influenciado mucho por el inglés que nos llega por los programas de
televisión, las películas, y los productos que se importan, entre
otros factores. Por estas circunstancias extrañas se origina el
spanglish, lo cual es otra variante lingüística (aunque no
oficial) en el que se mezclan las palabras del inglés y del
español. Mi español no lo consideraría spanglish,
diría que es prácticamente único y que sólo
personas de la isla microscópica podrían
entenderlo.
Desde pequeña, o como
se dice en la isla chamaca, estudiaba el español y el
inglés conjuntamente y esto es común para muchas de las personas
que son de la capital. Claro que en algún momento se iban a mezclar las
dos lenguas para hacerlas una, aunque sí sabemos diferenciar las dos.
Además, los puertorriqueños son muy creativos cuando traducen.
Por ejemplo, si vas a salir de fiesta con tus amigos para algo tranquilo en el
castellano de España se dice que vas a quedar, mientras que en
inglés se diría que vas a hang out, pero en
puertorro se dice janguiar. Claramente, en Puerto Rico se
"españolizan" muchas de las frases estadounidenses porque no somos
capaces de ir a la página web de la RAE (el diccionario de la Real
Academia Española de Lengua) para descubrir la palabra castellana. Para
españolizar hang out, primero se unen las palabras (porque dos
son demasiadas para un acto tan simple); segundo, se imita el sonido de la 'h'
anglosajona que claramente suena como una 'j;' tercero, se añade un
gui porque la 'g' no es nada si no tiene dos vocales que le siguen; y el
cuarto y último paso es añadirle una 'r' muy fuerte al final para
que los extranjeros sepan que estás hablando español, no
inglés, aunque a veces la 'r' se sustituye por la
'l.'
Honestamente, nunca pensé que
mi español era raro ni tan diferente. Y luego, hace un par de
años, llegué a la universidad norteamericana. Siempre fue mi
sueño ir a estudiar, como se dice en Puerto Rico, "afuera".
Llegué y la gente ni me creía que era hispanohablante, ni que
vivía en Puerto Rico, ni que mi lengua materna era el español. Me
encantaba esa sensación porque todos mis años de escuela superior
siempre quise sonar como una puertorriqueña cuando hablaba
español y como una estadounidense cuando hablaba inglés, y fue un
logro de verdad. El único problema era que no entendía la jerga
de Nueva Inglaterra. Palabras en inglés como wicked o
bubbler (genial y fuente de agua) no tenían
sentido, pero las utilizaba de todas maneras porque no quería parecer
como una extranjera tonta que solo sabía las palabras que le
había enseñado el libro de texto en el colegio, lo cual era la
verdad. No fue hasta meses después que consulté una página
web porque tenía demasiada vergüenza para preguntarle a cualquier
compañero de clase. Ya en mi universidad me siento cómoda, pienso
que domino el inglés muy bien (gracias mami y papi por el empuje) y
ahora tengo dos identidades: la caribeña boricua y la estadounidense que
estudia en Holy Cross. Con el dominio de dos lenguas, ya puedo conquistar el
mundo.
No había duda que en
algún momento de mi vida iba a vivir en España porque me encanta,
me fascina y estoy un poco (muy) obsesionada con el país y la cultura.
Lo que más me interesaba de ir a ese país era estar en contacto
con mis raíces porque todos mis antepasados vinieron de España,
por ende los apellidos castellanos. Todos me preguntaban por qué
quería venir a España si ya conocía la lengua y siempre
contestaba que podía aprender cosas nuevas (como claramente he hecho).
Nunca me imaginaba que iba a tener problemas con el español hasta que
conocí a Angelines, mi "madre"
española.
Desde que me di cuenta
que en España utilizaban palabras que nunca había escuchando en
mi vida, decidí que cargaría conmigo un cuadernito para apuntar
palabras nuevas con su equivalente en borinqueño. He apuntado y
aprendido muchas palabras nuevas las cuales presentaré en este trabajo
junto a su equivalente.
LA COCINA Y LOS
ALIMENTOS Angelines, ¿boto la cáscara de la china
en el zafacón? Pero, ¿¡qué dices,
hija!?
Así era uno de los
primeros intercambios culturales entre Angelines y yo, algo muy confuso que
requería mucha paciencia de su parte y una actitud positiva de la
mía. Ahora sé que la manera castellana correcta de expresar esa
pregunta es: "¿tiro la cáscara de la naranja dulce en la basura?"
También, en otro instante que le pregunté por un jugo de
china me miró con una cara de: ¿que tu quieres qué con
un chino?, pero rápidamente entendió que quería un zumo
de naranja.
Las frutas resultaron ser
un poco complicadas especialmente la primera vez que Angelines me
ofreció un plátano. Para mí, un plátano es
lo que España se llama plátano macho y el
plátano en Puerto Rico se llama guineo. La palabra
guineo se considera un africanismo, de los cuales tenemos en varias de
nuestras palabras coloquiales.
Otras
frutas que fueron muy problemáticas fueron las bayas porque para
diferenciarlas acostumbraba a usar las palabras anglosajonas, porque cuando uno
va al supermercado pues la etiqueta del sabor (por ejemplo, en un yogur)
está en inglés. Por ende, las llamaba blueberry y
cranberry, las cuales son palabras en inglés, pero ya sé
que cuando Angelines quiere que la acompañe al pueblo a coger
moras pues es a coger bayas y no musulmanas.
Una palabra, que hasta mi madre
dudó, era congelador. Sí conocemos la palabra, pero es
más común usar la anglosajona: freezer. Cuando mis padres
(biológicos) me vinieron a visitar en marzo, Angelines los invitó
para la comida, lo cual mi padre pensaba que era la cena porque nosotros
solemos decir comida para la cena y almuerzo para la comida.
Así que, primero que nada, por poco llegábamos tarde para la
comida. Segundo, ya notaba que mis padres estaban siendo muy cuidadosos con su
vocabulario hasta que mi mamá empezó a hablar de la carne y que
se conservaba mejor en el
¿congelador? Lo pensó
mucho, lo cual noté porque nunca la había oído utilizar
esa palabra.
CÓMO PEDIR UNA PIZZA
Natalia, ¿cuál es la palabra para pedir pizza y
que te llegue a tu casa?
¿delivery?
Los nueve de Holy Cross nos fuimos para Bilbao a
pasar dos noches. Nos quedamos en un hostal que estaba muy lejos del centro
así que decidimos una noche quedarnos para pedir pizza, hablar,
etcétera, que eran cosas que no podíamos hacer porque
vivíamos con familias. Cuando llegó el momento de pedir la pizza,
por alguna razón, yo me quedé en la habitación mientras
que tres del grupo fueron al vestíbulo para usar el teléfono o
algo así, no me acuerdo muy bien. Justo antes de llamar, se dieron
cuenta que no sabían cómo pedir una pizza en español y por
eso me llamaron a mí (yo, la nativa, claramente tenía que saber).
Cuando contesto el celular (móvil), Kate me pregunta
cómo se dice cuando se quiere pedir una pizza y que llegue a tu casa. Le
contesto con: "Kate, en Puerto Rico se dice delivery, pero no lo digas
porque sé que está mal." Pero claramente ella no siguió
mis instrucciones y dijo mi disparate de todas maneras y, por supuesto, no
entendieron los de Domino's Pizza lo que Kate estaba tratando de comunicar. Por
lo menos, cuarenta y cinco minutos después llegaron varias
pizzas.
Luego esa noche aprendí que
delivery en español es servicio a domicilio, algo que nunca se me
hubiera venido a la mente porque nunca había escuchado esa
expresión en mi vida porque todos los carteles de pizza o de cualquier
comida a domicilio dice "delivery rápido."
APARIENCIAS Y
LO FÍSICO Angelines, no sé si ponerme mahones o
un traje y unos tacos. ¿Qué significa
mahones?
Mahón
significa vaqueros, jeans. No estoy muy segura del origen de este
coloquialismo pero sé, que de acuerdo a la RAE, es una "tela fuerte y
fresca de algodón escogido, de diversos colores
" Pero sí
sé que solamente en Puerto Rico se utiliza mahón porque en
la República Dominica se les llama a los vaqueros jean (como en
inglés). Vaqueros me parecía una palabra muy rara porque
siempre que la oía pensaba en personas montando a caballos en los
desiertos de Estados Unidos con sombreros muy grandes pero no muy estilosos,
como en la películas de vaqueros de
antes.
Los tacos en México
son un comestible de tortilla de maíz que es muy común comer con
otros alimentos dentro. En Puerto Rico, los tacos son lo que en
España son tacones. Cuando no estaba muy segura de la palabra
para tacos siempre trataba de decirla para ver si alguien, algún alma
caritativa, me quisiera o me pudiera entender, pero siempre acaba conmigo
tratando de explicar lo que era un tacón señalando a mi pie y
caminar en puntitas. Siempre me miraban con cara de: ¿por qué
llamas a tus zapatos como la comida mexicana deliciosa? Pero en realidad, la
palabras borinqueña no es tan diferente a la española así
que no entiendo por qué algunas personas no me
comprendían.
Ni pantallas ni
aretes, en España les llaman pendientes. Cuando he
mencionado la palabra aretes me han comentado que es algo muy formal o que
nunca la han escuchado o la conocen pero nunca la usan, pero cuando digo "me
gustan tus pantallas" me responden con "¿de qué? El móvil,
el ordenador, el televisor". No, pantalla sí significa todo eso,
pero también son las cosas muy guapas que uno lleva en las orejas para
la ornamentación del cuerpo y que a veces se tienen más que dos,
incluyendo a los chicos atrevidos.
Con
muchas de las palabras que para mí son tan comunes, cuando las menciono
me miran como si les estuviera hablando en chino o como si hubiera eructado
demasiado de alto, perdone por la vulgaridad.
LA UNIVERSIDAD Y
SUS MEDIOS DE TRANSPORTE El primer
día de clases en la Universidad de León me dijeron que mi primera
clase era en el aula 21. Rápidamente me asusté porque
había entendido jaula y asumí ya que mi experiencia en
León iba a ser una muy cerrada, literalmente. Toda mi vida mis
asignaturas han sido enseñadas en salones de clase, no en
aulas así que era una palabra completamente desconocida y nueva
para mí y me parecía muy rara porque sonaba como
jaula
quizás una metáfora de la educación o
el sistema universitario en España. También, siempre han sido
clases y no asignaturas, y en estas clases yo siempre
escribía en mis libretas con mis plumas, no en mis
cuadernos con mis bolis. Escribía en los papeles de
mi libreta, no en los folios de mi cuaderno.
Los estudiantes hablan de los muchos
deberes que tienen y que no pueden salir de fiesta en el fin de semana
por tener tantos deberes. Pensaba que los deberes eran como
diligencias o favores que tenían que hacer para sus padres, pero
luego me enteré que los deberes son las asignaciones o las
tareas. Estas dos palabras eran otras extrañas que los
españoles nunca habían escuchado al igual que yo nunca
había escuchado de los deberes.
Si uno tiene una duda y le quiere
preguntar al profesor uno va a su despacho, lo cual es oficina
para mí. Un día pregunté por qué no decían
oficina y decían despacho en vez y la persona me
contestó que parecía que tenía una cita con un doctor o
que era una trabajadora pública si iba a la oficina de alguien. Era
mejor decir despacho.
En
España uno aprueba o suspende, otros dos términos
que no había escuchado antes de llegar a la Universidad de León.
Yo estoy acostumbrada a decir que pasé o me colgué.
Que haya pasado es como si hubiera dicho en inglés to pass
así que claramente es un anglicismo y un "falso amigo." Cuando uno dice
que se colgó es porque suspendió. Creo que decimos esta
exageración porque cuando uno suspende se coge bien en serio, no como en
España porque tienen otras convocatorias, cosa que no existe en el
sistema educativo de los Estados Unidos. Por eso básicamente decimos que
nos suicidamos porque nos culpamos a nosotros mismos por no haber hecho buen
trabajo y haber hecho una chapucería. No necesariamente hay que ser un
empollón o un nerdo (cogido de la palabra americana
nerd) para aprobar los exámenes o las
asignaturas.
Me sorprendió que los
españoles conocieran la palabra guagua porque pensaba que esa
palabra solo se utilizaba en algunas islas del Caribe hispanohablantes y en el
estado de Florida en Estados Unidos. Me enteré que esa palabra se
utiliza en las Islas Canarias, de las cuales tenemos mucha influencia por la
inmigración hace cientos de años. Lo que me pareció muy
gracioso era que en León para autobús usan la palabra anglosajona
que es bus.
Otro medio de
transporte que, aunque ya conocía la palabra no puertorriqueña,
todavía me impresiona es coche. En España si uno solo dice
coche significa que es un vehículo automóvil, pero si se
especifica que es un coche de niño se entiende que sirve para
transportar un niño. En Puerto Rico la palabra para un vehículo
automóvil es un carro, mientras que un coche es lo que se
utiliza para los niños y no se tiene que especificar que lo va a usar un
niño.
CONCLUSIÓN En conclusión,
Puerto Rico ha sido influenciado por dos de las lenguas más importantes
del mundo, el inglés y el castellano, lo cual ha creado una variedad
lingüística única entre los puertorriqueños y, aunque
muchas palabras sean disparates, sentimos un orgullo por nuestra patria y la
isla tan pequeñita del Caribe que ni sale en el mapa la mayoría
de las veces. ¿Qué otro país puedo decir que se aprenden
dos lenguajes a la vez que de vez en cuando se confunden? Sólo nosotros
y ¡que orgullo! La isla es pequeña, pero la gente somos muy
grandes y seguiremos creciendo en este
mundo.
Durante mis meses en León
aprendí mucho y también viví mucho. Tendría que
agradecerle todo a mis compañeros de Holy Cross y a Angelines. Mis
compañeros y yo hemos aprendido el castellano de España
conjuntamente y hemos descubierto muchas palabras nuevas he interesantes que
seguramente nunca olvidaremos; llegamos a España siendo desconocidos
pero ahora somos una gran familia. Y a Angelines, qué paciencia ha
tenido conmigo pero también cuánto nos hemos reído por mis
disparates y palabras y frases inventadas que únicamente se oirán
en mi isla, igual que el coquí. Cuánto hemos aprendido de ella el
castellano, de España, pero, aún más importante, de la
vida. Nunca se me olvidará este año de mi vida y se los agradezco
todo a ellos. |