Cynthia L.
Stone, Spanish
Historia Dominicana
Para María Filomena
|
¿Éstos no son
hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No
estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos?
Fr.
Antón de Montesino O.P., Santo Domingo, 21 dic., 1511 |
Según Trujillo, nunca hubo
esclavitud, en Santo Domingo. Sólo cuando se pronuncia la
voz taína de la isla, Haití, resuenan los ecos de los
látigos; vuelven a estar presentes el olor de terror de los
recién llegados, la presión de los hierros contra la piel
como extensión corporal infrahumana. Las excavaciones del
antiguo cementerio de negros han sido sofocadas bajo cemento, como
restos de barcos hundidos en el mar. La versión oficial de la
historia no necesita de evidencia para propagar su mensaje
antinegrista. Los que alzan la voz en contra son herejes o
comunistas. Lo de siempre. Lo único que cambia son los
nombres de los sin nombre, sin ciudadanía, aislados en los
bateyes cercados de chequeos militares. Trujillo es muerto.
¡Viva el trujillismo! Y no te preocupes. A ti no te
incumbe
todavía.
¤ ¤ ¤
Dominican History
For María Filomena
|
Are they not men? Do
they not have rational souls? Are you not bound to love them as you
love yourselves?
Fr. Antón de Montesino O.P., Santo
Domingo, Dec. 21, 1511 |
Trujillo denied slavery ever existed in
Santo Domingo. It's only when you give voice to the Taíno word
for the island, Haití, that you hear the echoes of the whips.
Only then is the scent of terror from the newly arrived slaves
perceptible. Only then does one feel the press of chains on skin as a
corporeal, less-than-human extension of self. The excavations of the
colonial-era cemetery- bones laid bare to the sun-are conveniently
re-entombed in cement. The official version of history needs no
evidence to propagate its denigration of blackness. As always,
those who protest are heretics or communists. The sole change:
the names of the nameless, the stateless, trapped in isolated
bateyes encircled by military checkpoints. Trujillo is dead! Long
live his legacy! No need for you to worry, though. No personal
effects. At least. . . not yet. |