Andrew
McNamara, '15
Dos visiones de La
caza (1965, dir. Carlos Saura) |
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La caza de
Carlos Saura es una película que pretende mostrar los problemas con la
sociedad española durante la época del franquismo. A causa de la
censura que impuso el régimen, Saura y sus compañeros del cine
tenían que recurrir a una técnica alegórica para relatar
sus mensajes políticos y sus críticas de la sociedad. Por una
parte, parece ser una película inocente en la que tres amigos cazan
conejos. Por otra parte, el hecho de que la caza se convierte en una caza real
de hombres muestra que la guerra civil española todavía no
había terminado, y cómo la estructura de la dictadura era
problemática. La escena final en la que los hombres se matan unos a
otros ejemplifica que la guerra tuvo un impacto grave en la memoria colectiva
de la gente. Mi análisis se va a enfocar en cómo la presencia de
Enrique, el joven, enfatiza las dos grandes alegorías de Saura: el
impacto de la guerra y la insuficiencia de la dictadura. Además, su
supervivencia puede representar la esperanza que Saura tenía para el
futuro.
La ingenuidad del
joven Enrique en cuanto a la guerra enfatiza cómo Paco, José y
Luis están consumidos por sus recuerdos de ella. Al principio de la
película, se establece que existe una gran división entre la
generación de los compañeros de mediana edad y la de Enrique.
Enrique no participa en muchas conversaciones, ya que no es sabio en el tema de
la caza. Esta división sirve para enfatizar su papel como testigo en
cuanto a la caza de conejos, que es la primera alegoría de Saura. Marvin
DLugo afirma cómo Enrique generalmente no se relaciona con la
generación mayor: Shielded from an understanding of the true terms
of his historical position, he only sees the aging relics of the past which
hold no interest for him. La caza es, efectivamente, una actividad
que pertenece a la generación mayor, y no a él. No obstante, este
mensaje de Saura intensifica al final de la película cuando los papeles
se transforman: la caza de conejos se convierte en una escena de violencia
entre Paco, José y Luis, que sirve para mostrar que esta
generación mayor todavía no había reconciliado la
política de la guerra civil. Como al principio con la caza de conejos,
otra vez Enrique no participa en la violencia con los mayores. No obstante, su
presencia como un joven enfatiza la locura de ellos. Enrique ni sabe el
contexto de la guerra, ni le interesan los detalles históricos.
Entonces, la yuxtaposición generacional del personaje de Enrique
representa un intento por Saura de criticar a la generación mayor por no
haber reconciliado tras la guerra y por no haberse olvidado de ella.
Enrique
también llama atención a la insuficiencia de la dictadura. El
franquismo pretendía imponer la exaltación nacionalista, en la
que España regrese a sus raíces puras y católicas: la
España poderosa del imperio. A lo largo de la película,
José, Paco, y Luis tratan de cumplir las normas del franquismo. Sin
embargo, muchas veces fracasan porque es una ideología
problemática que socava la realidad. La presencia de Enrique como el
joven curioso que no pertenece a esa generación sirve para llamar
atención a lo poco genuino que son los ideales franquistas. Por ejemplo,
Enrique se entera a través de Luís de que Paco no es un amigo
leal, y que a menudo tiene sus propios intereses. Otra manera en que Saura
marca la distinción entre las dos generaciones es con la canción,
Loca juventud. Sirve para contrastar la vida despreocupada de los
jóvenes con la rigidez de los mayores. Finalmente, es importante notar
el final de la película, en el que Saura crea la impresión de que
Enrique también es víctima de la misma historia que sus
compañeros mayores: The persistent interaction with Paco,
José and Luis only awakens in Enrique the gradual recognition that his
own point of view is a narrow and finally false one, that he is less a detached
observer than a victim of the history he so strongly disavows
(DLugo, 59). A pesar de que Enrique no participó en la guerra, sus
interacciones con los soldados a lo largo de la película y, sobre todo,
el caos de la escena final muestra que no puede escaparse del impacto de la
memoria colectiva. La guerra resultó en la dictadura, y todos siguen
sintiendo los efectos.
Aunque Enrique ha
caído víctima a la dictadura de cierta forma, su
supervivencia al final de la película también puede significar la
posibilidad de cambio para el futuro. La película termina con una imagen
congelada de Enrique huyendo. DLugo dice que la huida de Enrique
representa su reconocimiento de su posición en la misma historia que
afectaron a los mayores: Enriques flight constitutes his
recognition of his own fall from specular innocence, for, as we now understand,
he has been positioned by events as well as by his own dangerous innocence to
bear witness to the effects of the history that he had previously
refused to identify as his own (DLugo, 66). No estoy de acuerdo con
esta evaluación, y creo que Enrique al final representa la esperanza de
la generación joven. Como un joven que no está encapsulado por la
guerra, es capaz de avanzar y hacer que la sociedad española
quizás sea más práctica.
En
conclusión, La caza es una película en la que el director,
Carlos Saura, hace dos grandes alegorías de España de los
años cincuenta: el impacto de la guerra civil y la dificultad del
franquismo. El personaje de Enrique, el joven curioso que sirve como un testigo
a lo largo de la película, contrasta con la generación mayor. Su
presencia como alguien que no participa en la caza enfatiza la locura de la
obsesión que tienen José, Paco y Luis con la guerra.
Además, su curiosidad sirve para mostrar como el franquismo es
impráctico, y que es una ideología que muchas veces socava y
distorsiona la realidad. Mientras que la supervivencia de Enrique puede
significar que ha caído víctima a la historia, yo creo que
representa la esperanza para cambio en el futuro. |