Dean Simpson
| College of the Holy Cross
ayer en españa
de joven ella recogía la suerte a
brazadas bailando libre bajo la llovizna viviendo su
canción una malabarista de sueños era. y recostada en la
terraza miraba las estrellas con ojos estrellados contándome sus
planes de balcones en parís y de café en bombay. pero hoy,
conformes estamos con nuestro triste sentir sereno sin vituperio, sin
vicio, sin voz. se dice, 'buena vida arrugas tira' pero contemplamos el
mismo cielo en silencio y la luna marca sombras en nuestras caras. en la
misma terraza por la tarde nos sentamos y nos miramos para vencer el
peso soplando las ascuas de ayer. la chispa es fugaz pero lo que arde
perdura.
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como la de burgos
ignoro el abúlico sentir gris cuando
siento la catedral de mi pensar estremecerse del martillo
ajeno. construyo templos con los ladrillos de mis sueños y dentro
contemplo el aliento del silencio que a ratos se rompe con el susurro de
Dios; la pervivencia dialectal que compartimos se tiñe de los
rayos de los colores abigarrados que transparentan mis vidrios
celestiales. pero fuera, el estupor de la química febril azota los
muros por envidia, por ignorancia, por gusto, por qué. y dentro me
siento a gusto arrodillado y tenaz como la de burgos
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jet lag (Madrid, Café
Comercial 5 enero 2005, 4:45pm)
quiero tropezarme y caerme para que me coja
el sueño pero me sigue caminando el cerebro. en estas noches
largas de insomnio cuento mis parpadeos esperando ese autobús que
nunca llega. el polvo de la legaña se convierte en pólvora
de telaraña porque cuando me echo echo más que de
menos. dormir debo, pero sin pegar ojo me quedo. voy al sobre, pero se me
olvidó el sello intento planchar oreja, pero me quedo
desenchufado. Cuando me sigo tropezando por pensamientos malgastados a
veces pienso que sería mejor pensar que camino bien y así
me tropezaré.
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los mariachis
en un bar filtrado de humo y
rencores entraron los mariachis con sus guitarras agudas. y entre las
gatas sarnosas y las cucas famélicas cantaron sobre el amor perdido
del viejo cascarrabias que arrinconado y solo con sus arrugas de
amor alzó su copa a la memoria de la chica de las zapatillas
blancas
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