Daniel Bravo '08

La importancia del balance en la vida

     La idea del balance tiene una importancia incomparable en la vida humana. La necesidad de presentar el balance en una obra escrita o en la fe religiosa de una persona demuestra la necesidad cultural humana de no excluir perspectivas diferentes de nuestras vidas. Desde los tiempos de la Biblia los seres humanos se encuentran saltando de un pie al otro balanceando la contemplación y acción religiosa. A la vez, se debe notar que aquélla no es una idea arcaica pues Ángel Ganivet (1865-1898) escribió en Idealismo español "El espíritu jurídico del español" acerca de las leyes que se contradicen las unas a las otras porque quieren dar la impresión de tener disciplina y a la vez satisfacerse con darle merced a los criminales. Esto se conoce como el conflicto entre la letra de la ley y el espíritu de la ley. Finalmente, transcendiendo al tiempo, encontramos la idea del balance en varias obras literarias y en la vida diaria. De esta manera dos individuos, ya sean Don Quijote y Sancho Panza o un padre conservador y una madre liberal le pueden dar balance a una obra literaria o a la vida de una familia.

     Aquel balance bíblico mencionado anteriormente consiste en la lucha constante entre nuestra tendencia de meditar mucho o perder el control de nuestras acciones. Aún así es muy importante no pensar que las fuerzas obran completamente la una contra la otra: es mejor pensar en un carro tirado por dos caballos, uno manso pero lleno de sabiduría y otro loco pero sin perspectiva profunda. La existencia de un equilibrio sano en la vida religiosa del mundo hoy en día posiblemente habría salvado a los miles de personas heridas en las guerras religiosas de las culturas del mundo. La solución a este problema la presentó el mismo Jesús cuando visitó a Marta y a María. Estas dos hermanas dieron la bienvenida a Jesús en su casa, pero mientras una arreglaba la casa, la otra se sentó a los pies de Jesús para hablarle. Cuando la hermana que arreglaba la casa se quejó a Jesús que su hermana no estaba trabajando, éste le corrigió y le enseñó que la contemplación y la acción son igualmente importantes.

     Los sistemas de leyes mencionados por Ganivet incluyen sistemas del pasado y del presente que se esfuerzan por aparentar tener, por un lado, un puño de hierro que castiga a los criminales y, por otro, una mano de seda que los perdona. Esta aparente contradicción de leyes nos llega de fuentes tan diversas que hoy en día las personas acusadas de un crimen en los Estados Unidos tienen oportunidades casi ilimitadas de defenderse contra el Estado mientras éste tiene una sola oportunidad de acusar al individuo. Aún así, si es condenado, estos mismos sistemas de leyes permiten la escala de pirámides de apelaciones y quejas para perdonar al condenado que pide tratamiento justo y reconsideraciones de su culpabilidad. Esta escalera de oportunidades, para que se defienda un acusado ante el estado, ilustra la necesidad del estado de tener estructuras que los hace parecer estrictos y a la vez les permita tener orgullo de su merced.

     Los escritos de Jorge Luis Borges también presentan una lucha entre dos extremos opuestos. Borges los llama el "tres" y el "cuatro". Estos dos extremos opuestos se ven en sus cuentos cuando un personaje se encuentra atrapado entre seguir el camino racional, el cuatro, o el que se apoya en las coincidencias inexplicables de la vida, el tres.

     Finalmente, la complementación entre dos individuos, aún si son personajes ficticios, es innegable. En la obra de Miguel de Cervantes se presentaron los personajes del Quijote, un idealista, y Sancho Panza, un realista. El balance entre los dos se manifiesta al final de todos los días cuando el Quijote dentro de cada uno de nuestros corazones dice "hay que ir a tener más aventuras, Sancho" y el Sancho en nuestra mente dice "hay que parar a comer, don Quijote." Al final encontramos la bonita inversión que ocurre luego cuando el Quijote se siente cansado y vencido y es Sancho Panza quien lo incita a la aventura idealista. Así Cervantes ilustra el verdadero balance cuando el saber fluctúa entre uno y otro.

     Esta valorización histórica del balance en los aspectos socioculturales de la vida humana a través de los siglos asegura que esta tradición continúa hasta hoy en día. Debe ser por esto que hay pocos ataques políticos o críticas literarias más fuertes que acusaciones de falta del balance. Buscamos líderes y obras de arte que representen y valoren una cultura de armonía y balance entre las varias perspectivas presentes en nuestro mundo. Tales tradiciones culturales e históricas se prestan como ejemplo para modelar nuestras próximas obras y nuestras futuras vidas.