Daniela
Carlos '06
Oda al bolígrafo
Pequeño tentáculo de pulpo Que
con tu alcance de chupón engominado concibes un infarto
cotidiano Oráculo divino y esclavo de la voz Eres un
túnel, un pabellón Un presagio a un motivo Con tu
testarudez infalible no te inclinas a ser maleable Y es por eso que te
asientas sobre una mesa y me miras Como un peñasco flotando
Tu mirada punza y peligra como el filo de una lata Silencias, tubo
indomable Y tu funeral se acercará Cuando de tinta negra se
sequen tus caudales
¤ ¤ ¤
Oda a la poesía
Y le tomé una mirada, así,
como sin permiso (Arethusa tampoco se lo dio al río)
Y ella, me cogió la atención y nunca me la
devolvió; tampoco se la he pedido. Y es que así es
la poesía.
¤ ¤ ¤
Oda a la reina Isabel I de Inglaterra
(a.k.a. Tara Lina)
Hoy es un buen día para tomar
café. Porque hay otros que no; que me lo tomo por eso
de costumbres, como que sin ganas. O porque lo necesito,
porque los ojos están de huelga y protestan contra el día
y protestan sobre todo contra tu maldito té de hoja china.
Pero hoy no, hoy es un buen día para tomar café.
Nueva York en sus afueras poco a poco se despierta poco a poco
inhala como eso de sin fuerzas. Arriba las palomas arrullan
casi extrañando a las hamacas de la costa. ¿Serán
puertorriqueñas las palomas?, pregunto yo. A lo mejor son
rusas, traducidas al inglés. Con evangelios y
trompetas, Nueva York se despierta. Hace frío en el verano y
son las 8:24 (am). Mi departamento huele a café y abajo hay
un chinchorro mexicano. De nuevo reguereteas tu ropa, en cada
rincón la hallo. Suena la alarma con tu música de
jazz - aún pienso que sin ritmo, es sólo sonido
improvisado. Me tropiezo con tu canvas - franjas negras sobre un lienzo
blanco - ¿Qué, te crees Pollock? ¿O es que la
pintura has derramado? ¡Ay, Santa Cachucha! ¡No me
grites!, es sólo un relajo. Por Dios son las 9:00 de la
mañana, Cójelo con calma, chillin. Me
voy pal trabajo.
¤ ¤ ¤
Oda a Puerto Rico
No eres La Perla del Caribe ni La
Esmeralda del Mar; eres tierra, madera y cartón. Vulgar en
todo sentido: real, como una sonrisa sin diente; y conforme y
humilde cuando la elegancia no te sirve y te queda apretada y estrecha,
o te queda suelta, de talla muy grande eres exactamente eso: Ni
más, ni menos. Eres oro oxidado, plata echa polvo, un
diamante de plástico. ¡Oh alcapurria consagrada!
¡Oh Condorito de néctar! ¡Quiero ser
puertorriqueño con P mayúscula,
Puertorriqueño! Tu voz de rocío y azafrán
Caderas que titubean como la marea Sube y baja Va y viene Eres
suave y lenta Tu calor abruma con un beso. Isla del encanto,
no Sino canto de tierra, madera, cartón. Canto de pan tostado y
café: magia negra mañanera y de atardecer;
Crepúsculo tibio, templado, oscuro y sin misterio. Eres
libre por ser dueña de nada. Una estrella o cincuenta, te vale
madre, niña humilde y cachetera. |