Prologue
It has been 500 years since the death of
Íñigo de Loiola, canonized as Saint Ignatius of Loyola, founder
of the Society of Jesus (Jesuits), and at Holy Cross we pay tribute to the
founder of the order whose traditions the college upholds. Yet we may look to
him not only as as a saint but also as a fellow reader. In 1521, his leg
shattered by cannon shot, Íñigo asked for books to ease his pain
and boredom. When no chivalric romances could be found, he was given a Vita
Christi and a lives of the saints, which he read many times. "He took something
of a liking to what he found written," notes his autobiographer, friend and
confidant Fr. Luis Gonçalves da Cámara. Something indeed: Saint
Ignatius was born in the long days of reading, his "heart [so] possessed" that
he gave his life over to imitating the lives he had read.
What reader has not enjoyed
Íñigo's fate, if only for a moment? |
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Prólogo
Han pasado 500 años desde la muerte de
Íñigo de Loiola, canonizado como San Ignacio de Loyola, fundador
de la Compañía de Jesús (los Jesuitas), y en Holy Cross
rendimos homenaje al fundador de la orden cuyas tradiciones continuamos. Sin
embargo, podemos admirarlo no sólo como un santo sino también
como un compañero de lectura. En 1521, con la pierna destrozada por un
cañonazo, Íñigo pidió libros para aliviar el dolor
y el aburrimiento. Como no encontraban libros de caballería, le dieron
un Vita Christi y un libro de vidas de santos, los cuales leyó muchas
veces. "Algún tanto se aficionaba a lo que allí hallaba escrito,"
nota su autobiógrafo, amigo y confidente el P. Luis Gonçalves da
Cámara. Algún tanto, ciertamente: nació San Ignacio en los
largos días de lectura, su "corazón [tan] poseído" que
resolvió entregar su vida a imitar las que había
leído.
¿Qué lector no ha comprendido el
destino de Ínigo, aun tan sólo por un momento? |