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Katie Méndez '06


All in a Day’s Work

Hoy tomo mi café
'On the go’ a lo apurado
En la esquina compro
El Daily News y El Diario -
uno para que no se me olvide el español,
El otro para enterarme de lo que sucede en mi alrededor.
Ya amaneció otro día en Nueva York:
El tren, el crosstown, el tránsito, el horario.
Gente por doquiera -
Tarde, temprano -
Batalla contra la armada amarilla de los taxis -
Y cuando logro cruzar,
"Where's 5th Avenue?"
Yo que he vivido aquí veintidós años -
La verdad lo tengo que pensar -
No recuerdo bien las direcciones pero sé llegar
Misión cumplida,
Objeto ubicado;
Entre 3 paredes y media
Hago mi trabajo.
Un fax, un e-mail, una llamada a mi mamá
¿Que quieren que termine qué? ¿Hoy?
Bueno, necesitaré otro café.
Por aquí no hay Bustelo, a Starbucks iré.
¡Estas celdas de Excel
Parecen una prisión!
¡Apenas son las 4 y de la tarde el sol ya se escapó!
Por estas horas va llegando el FedEx
“This was supposed to be delivered by 9 a.m.”
“It was re-routed - wrong zip code”
¿Y a mí qué? Hoy ya no podré irme a las cinco.
Could be worse, por lo menos hoy no está tan cold.

               ¤ ¤ ¤

No me busques

No me busques
Que si me buscas me acostumbro
Y luego un día que no quieras-
O no puedas-
Me sentiría demasiado mal
Mejor no me busques- ya ves
Como ya no puedo dormir sin ser tu voz
Lo último que escuche.
Entonces,
No me busques.
Así podré mejor soportar-
Si algún día te vas-
Tu ausencia.
Es más-me duele tanto la idea
Pero no, al fin un día y-
Sé que es por mi propio bien
Un día puedo pelear, gritarte
Y al segundo tenerte a mi lado,
Pero otros-otros días no tendré la misma suerte.
Te valdrá muy poco lo que yo sienta,
Lo que me queme,
Lo que me hiera,
Tu indiferencia.
Y ni todas las lágrimas del mundo
Te traerán a mí.
Por eso prefiero,
Sé honesto conmigo.
Prefieres hablarme lo mínimo requerido
Sin volver a ser de nuevo extraños.
Y de vernos,
Lo deseas cada día menos.
Lo veo y lentamente lo acepto
Pero aún no del todo.
No es justo para ninguno de los dos
Aunque te ame tanto;
Como ya te he dicho tantas veces, nada es obligado.
Pero un favor sí te pido
Ya no me busques, no me busques como antes
Total que lo haces por costumbre
Y no porque sientas algo
Pero búscame, llámame de vez en cuando
Cada día menos, cada semana, cada año.
Vete si quieres
Pero hazlo lentamente
Porque aún te amo
Y eso de cambiar los hábitos-
Bueno, sabrás que no es fácil.
Llámame aunque esas llamadas sean gran teatro-
Tú por un lado soportando hablarme
Y yo por el otro pretendiendo que me interesa
Hablar de las noticias y el trabajo.
Quiéreme, eso no te lo podré pedir
Ni tu amistad puedo exigir.
Pero duele, entiéndeme
La sensación de haber perdido los años
Y no lograr olvidar el pasado
Que a veces por lindo en el presente es muy amargo.
Por eso te pido, ya sé que lo he repetido-
Que no me busques
Ni me llames
Pero hazlo de vez en cuando
Hasta que al fin por nada del mundo lo quieras hacer
Y para mí ya no sea tan necesario.

               ¤ ¤ ¤

Anécdota

     I am sitting in the waiting room of a doctor’s office between my mother and an unknown lady who is holding her baby. Waiting, particularly at a doctor’s office, is never easy, especially when you are nervously hoping that today you will not need any blood taken or anything that requires a needle. Forgetting, if only briefly, the state of my predicament – I can hear the others crying –, I continue to play with my two chosen dolls for this particular outing. Of course, like the cartoon they were created after, my dolls speak English. The unknown lady with her baby is keenly aware of this fact and takes note.

     The doctor comes out and starts speaking to the lady who responds with a blank stare. The lady looks at me and my mother nudges me to turn towards her. “Tell her what the doctor is saying,” my mother instructs. My mother assures the lady that I will help her. This was the first instance of a lifetime series where I was to serve as an interpreter. I turn and look at the doctor, both the lady and the doctor look at me, beacon of hope that I was at that moment. I told the lady what the doctor said and the doctor what the lady said and all was set aright in the world.

     Bored with my dolls, I get a pen and piece of paper from my side of my mother’s purse and begin to write. What happened afterwards made a lasting impression in my mind.“You're left-handed?” the lady asks me informing me that I, too, am different in my own way-she speaks another language and I write with a different hand.

     That day at the doctor’s office I did learn that not everyone was bilingual, as I had thought in my four-year-old world analysis, and that I wrote with a different hand than most of the world. I learned to make my own in this right-handed world – sitting at the head of tables for more elbow room, tilting my notebooks slightly to avoid smearing my writing. For being left-handed, thus different, and having to help others who were different because they did not speak a certain language, I learned to think outside of my person and of my immediate world and to always consider other possibilities, the other side of things. What if I were right handed? What if I had no hands? What if I could not speak, how then would I communicate?




vol. 4 (2007)
vol. 4 (2007)
© 2007 · fósforo
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Department of Spanish   ·   College of the Holy Cross
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