Kelsey
Ruescher '10
Las orejas anaranjadas
Hola. Me llamo Eli
Obmud y éste es mi cuento. Cuando yo era niño, no me amaba a
mí mismo. Yo era diferente a los otros niños y a las otras
personas a quienes conocía. Voy a contarles una historia de mi
crecimiento. Voy a contarles el cuento de la época en que yo
aprendí a amarme.
Yo vivía
con mis padres y mis abuelos. Era el único hijo de mi casa. Mis padres
eran muy estrictos, pero mis abuelos me mimaban. Nuestra vida doméstica
era muy serena; vivíamos felizamente juntos. Mi película favorita
era Pleasantville y mi canción favorita era Rudolph el Reno con la Nariz
Roja.
Mi familia y yo
vivíamos en un pueblo pequeño que se llamaba Indie Rock.
Solamente 500 personas vivían allí, y todos nosotros nos
conocíamos. Mi pueblo era muy especial, o mejor dicho, peculiar. Todas
las personas de Indie Rock se parecían. Todos teníamos el pelo
castaño, los ojos morados, y las orejas azules. Todos nos
vestíamos con pantalones y camisas verdes. No pensábamos que
nuestro estilo de vida fuese peculiar. Era normal que todo el mundo pareciera
idéntico. Sencillamente, así pasábamos la vida.
El gobernador nos
decía que era importante conservar el orden y la paz en nuestra aldea.
La envidia podía causar luchas y rivalidades. Por eso, nos
semejábamos. Muchas veces, esta teoría era eficaz y
vivíamos juntos en paz y armonía. Por supuesto, habían
luchas. Había unas luchas tontas sobre cuáles ojos eran los
más morados o quién poseía la ropa más verde. Pero,
la mayoría del tiempo, coexistíamos sin problemas.
Mi cuento suena
como si fuera un cuento de hadas, ¿verdad? Pues, había un
problema. Yo tenía un secreto horrible que guardaba dentro del alma. Las
orejas no eran azules, ¡eran anaranjadas! ¿Pueden creerlo?
Las únicas
personas que sabían mi secreto eran mis padres y las personas presentes
en mi nacimiento. El doctor había dicho a mi madre: Yo veo el pelo
castaño hermoso, Sra. Obmud. ¡No se preocupe! Su hijo será
guapo y normal. Sí Señora, su hijo no será una persona
única - ¡Ay Díos Mío! ¿Sus orejas
. sus
orejas son
? Por una hora, los médicos trataron de fregar el
anaranjado de las orejas, pero no tuvieron éxito. Les preguntaron a mis
padres si querían ponerme en un orfanato, pero mis padres no
quisieron.
Escondía
las orejas anaranjadas. Solía despertarme temprano así que mi
madre podía pintar las orejas del tono perfecto de azul cada
mañana. Mientras la pintura se secaba, desayunaba con mis padres.
Teníamos que despertarnos muy temprano para que mis abuelos no lo
supieran. Como resultado, siempre estaba cansado en la escuela. Mis amigos me
preguntaban: ¿Por qué estás tan cansado? Pero
yo nunca les decía la verdad. Aún mis mejores amigos (las
personas a quienes amaba más en el mundo) no sabían la verdad de
las orejas.
Nunca decía
nada a nadie en Indie Rock sobre las orejas porque tenía miedo de que
las personas me temieran y me odiaran. Temía que ellos fueran a pensar
que yo era enfermo o malvado. Fingía actuar como una persona normal,
pero siempre tenía miedo de que alguien se diera cuenta de la verdad de
las orejas. Siempre pensaba: ¿Qué pasaría si las
orejas se mojaran y la pintura desapareciera? ¿Qué
sucedería si accidentalmente le contara a alguien la verdad? El
temor y la angustia dentro del alma crecían.
Cuando
cumplí dieciocho años, yo me fui de Indie Rock. (Había la
tradición en mi pueblo de que cuando una persona cumple dieciocho
años, debe marcharse de Indie Rock y vivir en el mundo real.
Después de un año, tiene dos opciones: se puede seguir viviendo
allí o se puede volver a Indie Rock. Frecuentemente, el individuo decide
regresar a Indie Rock.) Yo viajé a la Ciudad de Nuevo Tenedor, la ciudad
más grande del mundo. Esta ciudad era muy diferente que Indie Rock. No
creo que dos personas hayan tenido el mismo color ni del pelo, ni del ojo, ni
de la oreja. Había tiendas de tinte de pelo y de las lentes y de
maquillaje en cada esquina. Cada individuo tenía la libertad de exprimir
su individualidad en el alma. ¡Pelo rosado! ¡Ojos
verdes!¡Orejas rojas! ¿Pueden imaginarlo? Era una ciudad
pintoresca. Me hacía pintoresco también. Me daba ánimo.
Aprendía a amar las orejas anaranjadas.
Después de
un año en Nuevo Tenedor, necesité tomar una decisión.
¿Regresaría a Indie Rock o me quedaría en Nuevo Tenedor?
Créanme, fue la decisión más difícil de la vida.
Decidí volver. ¿Por qué? ¿Por qué
debería irme del paraíso para volver a la cárcel de temor
que era Indie Rock? Tenía que mostrarles a mi familia y a mis amigos la
verdad de mi identidad. No saldría corriendo de los problemas de mi
infancia, los afrontaría.
Cuando
regresé a mi hogar, no me cubría las orejas más. (De
hecho, en Nuevo Tenedor, llevaba las lentes amarrillas, pero no las llevaba en
Indie Rock porque no quería abrumarle a nadie.) Al principio, mi
situación era difícil. Los niñitos lloraban cuando me
veían con las orejas anaranjadas. Los viejos me lanzaban piedras.
Eventualmente, muchas personas empezaron a aceptarme y amarme por quien era
verdaderamente. De hecho, otras personas revelaron que eran diferentes
también. Algunas se quitaron las pelucas y nos mostraban el pelo
amarillo. Otros revelaron que ellos también tenían las orejas de
diferentes colores: rojas, verdes, o blancas, por ejemplo. Me dijeron que no
tenían el coraje de admitir que no eran normales. Me alegraba de que yo
pudiera ayudarles.
Hasta hoy, Indie
Rock todavía es un pueblo conservador. Pero ahora, también es un
pueblo de personas cariñosas, hospitalarias, y tolerantes. ¿Y yo?
Me amo a mí mismo. Ahora, estoy casado con una mujer bella. (¡Y
ella tiene el pelo amarillo!) Tenemos tres niños hermosos de orejas
anaranjadas. Vivimos juntos en alegría en la Ciudad de Nuevo
Tenedor. |