Jorge
Valdés
Conviene a veces
Al
gran maestro del simbolismo hispanoamericano
Conviene a veces En esos momentos En
que la soledad nos señala Aquel tronco podrido Y en su mitad
quebrado O ese ciervo herido Que busca nuestro amparo O esta
avecilla con su ala torcida Porque cayó demasiado temprano De su
tambaleante nido O a nuestro hermano indigente Que se tiró
abandonado Bajo un empedrado puente
Conviene a veces En
esos momentos En que la soledad se emponzoña Con el recuerdo de
éste Quien con sorna mirada Pasó ufano por tu lado O
aquél que traicionó Tu alma en la rama sostenida Tu amor
sin medida ni objetivo En su quieto campecillo escondido Tu cuerpo por
los años doblegado
Conviene a veces, hermana Y
hermano Dejar la piedra de la honda Anegarse en la vastedad de la
Onda Y dejar que la flecha del odio Se esfume en el capricho del
Viento. Conviene a veces En esos momentos Entregarlo todo
Y quedarnos desnudos Como si éste fuera nuestro Testamento En
esos momentos de soledad Y de abandono.
5 de octubre del 2006 |