Cynthia
Stone
Rubia en los Andes
-Préstame las pestañas, me dijo la
muchacha Sentada al umbral de una casa gastada por el sol andino Cuya
calle desemboca en el Mercado de Hechicería. Esquina
atrás queda la vendedora de coca Que me acaba de maldecir en
aymará, ¿o era quechua?, Por ser del país de los
soldados que fumigan sus cosechas. "Es que muchos no sabemos nada
sobre Nuestra presencia militar en Bolivia" balbuceaba. Pero me
miró con sorna y lanzó sus vituperios al aire. Antes del
viaje, iba a ser canadiense, Pero tú me convenciste del
contrario, Y así se me abrió un biombo de
contradicciones. "Llévame contigo" insistió la
muchacha. Y no había manera de explicarle que no todas somos
princesas En la tierra prometida Cuyo único requisito de
inocencia Es ignorar lo que se hace en nuestro nombre.
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Blonde in the Andes
"Lend me your eyelashes," said the girl
Seated on the threshold of a house Slowly disintegrating in the Andean
sun Whose street winds down to the indigenous market, El Mercado de
Hechicería Around the corner, just a few steps behind, was
The coca leaf merchant who cursed me In Aymara, or maybe it was
Quechua, For my country's cropdusters ravaging her harvest. "Most
people don't even know about Our military presence in Bolivia," I
stammered. But she cast upon me a contemptuous eye And launched her
aspersions to the wind. Before I left, I was to be Canadian, But
you persuaded me otherwise. And so there was revealed unto me A folding
screen of contradictions. "Take me with you," the girl insisted.
And I was powerless to explain How we don't all live like royalty In
the promised land, Where the only requirement for innocence is To
ignore what is done in our name. |