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Cynthia L.
Stone, Spanish
Recuerdos de tres mares
A los seis años, en Mykonos, en el
mar Egeo: olor de flores de manzanilla deshechas entre mis dedos,
sabor agrio del yogurt (que en aquel entonces no me gustaba), blancura
intensa reflejada en huesos ovinos desechados en los confines de la playa.
El próximo año en Santander, a riberas del
Cantábrico: A mi hermana y yo nos tocaba lavar los platos de noche;
de día nos precipitábamos bajo las olas estrepitosas.
El desenlace del verano lo vivimos en un Citroën verde-olivo que
bajaba por toda la costa mediterránea. En Fuengirola nuestra
casa se llamaba "La Esquinita": Gargantillas y pliegues en los uniformes
escolares, niñas erradas en la multiplicación pegadas por
monjas o hincadas de rodillas, manos extendidas. "No se metan con la
Guardia Civil", nos decían. Y los domingos eran de castaños
tostados y churros con chocolate. A los ocho años
recuerdo hogueras en la arena, el trance de los hipnotizados por las
llamas inconstantes, los atrevidos, o necios, que lanzaban latas al fuego.
Entonces, una pausa: el suspenso ineludible antes del próximo
ESTALLIDO hacia la conciencia. |
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Memories of Three Seas
Six years old, in Mykonos, on the Aegean
Sea: The scent of chamomile between my fingers. A taste of yoghurt
(too tart for me back then). Intense whiteness reflecting off goat skulls
piled far down the beach. Next year, Santander, on the
Cantabrian Sea: My big sister and I washed dishes at night; by day we
rode the ever-crashing waves. At summer's end living in an olive-green
Citroën all the way down the Mediterranean. Then
Fuengirola, on the Costa del Sol, a house, "La Esquinita." School uniforms
with pleats and chokers: Girls stumbling on multiplication tables, rapped
by nuns on palms, or kneeling wordlessly, arms wide. "Stay away from
the Guardia Civil," we were warned. On Sundays, steaming chestnuts and
churros dipped in chocolate. At eight years, I remember bonfires
on the sand: Trances brought on by the shifting flames; the brave, or
foolish, throwing cans into the fire. Then a pause: the obligatory
suspense before the coming BANG into consciousness.
Worcester,
MA
March
2010 |
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vol. 8
(2011) |
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