Randolph
Escobar, '13
El poder de un reflejo
"El otro" es la
autobiografía de Borges, escrita de una manera innovadora. El autor nos
introduce al Borges mayor, el narrador, y luego presenciamos el encuentro con
el Borges joven. Esta autobiografía no es tradicional, porque mayormente
es un diálogo entre los dos personajes. Borges nos cuenta su historia
como una comparación. El cuadro de Laura Delgado, La otra -
éramos demasiado parecidos y demasiado distintos (reproducido
aquí), que se inspiró en el cuento de Borges que estamos
hablando, es igualmente una comparación entre la niña real y la
niña pintada. A continuación, analizaremos las estrategias
literarias que Borges usa para contar la evolución de sus ideas y sus
motivaciones como autor. También se examinará la pintura de
Delgado y cómo esta imagen se relaciona con el cuento de Borges.
Reprinted by permission of Laura Delgado
© 2009 Laura Delgado
En este cuento
vemos la evolución de Borges, desde su adolescencia, cuando comenzaba su
carrera de escritor, hasta su madurez, cuando ya es en un autor famoso. Borges
usa la metaficción para mostrarnos el encuentro entre su yo
adolescente y su yo maduro. El primer ejemplo de metaficción es
el de "El doble," que es un libro que estaba leyendo el Borges joven. "El
doble" es un cuento sobre un hombre que ha perdido su mente y piensa que un
compañero de trabajo le ha robado la identidad. Su compañero es
un hombre más confiado en sí mismo, más agresivo y
extrovertido (todo lo opuesto al protagonista). Esto establece un paralelismo
con el cuento de Borges, porque el Borges mayor se encuentra con el Borges
menor, y se da cuenta de que ambos son completamente opuestos. El protagonista
de "El doble" es un hombre acobardado, al igual que el Borges menor, porque
tiene un punto de vista muy ingenuo, por sus ideas de fraternizar las
comunidades. El 'doble' del protagonista es un hombre maduro con experiencia,
al igual que el Borges mayor.
El segundo
ejemplo de la metaficción en el relato es el cuento de "Los demonios,"
otro libro que está leyendo el Borges joven sobre la Rusia imperialista.
El cuento trata de Dostoievski quien critica las diferencias entre las ideas
liberales de los demócratas revolucionarios y las ideas tradicionales y
conservadoras, y sus ineptitudes con las consecuencias y cómo se
enfrentan en Rusia. Esta confrontación de ideas es paralela al encuentro
de las dos versiones de Borges, porque ellos tienen ideas demasiado diferentes
y completamente opuestas.
Además,
Borges usa el diálogo entre él mismo en su vejez y su ser
más joven como una manera de expresar su autobiografía y para
hacer una comparación directa de cómo el comenzó su
carrera de autor y cómo la terminó: "Sin hacerme caso, me
aclaró que su libro cantaría la fraternidad de todos los hombres.
El poeta de nuestro tiempo no puede dar la espalda a su época. Me
quedé pensando y le pregunté si verdaderamente se sentía
hermano de todos." En esta cita vemos un cambio en la manera en la que el
Borges mayor expresa la duda y le dice al Borges menor que la importancia no
cae en la masa sino en los individuos. También vemos cómo Borges
ha cambiado sus motivaciones y pasa de ser un autor romántico a ser un
autor modernista, que da más importancia al individuo: "Tu masa de
oprimidos y de parias -le contesté- no es más que una
abstracción. Sólo los individuos existen, si es que existe
alguien." Esta cita explica cómo los pensamientos de Borges son mucho
más abstractos y cómo él se ha convertido en un
cínico con el paso de de los años. Él duda de las ideas
fundamentales de la humanidad, como el tiempo y la vida misma. En el
diálogo entre el Borges mayor y el Borges menor vemos una gran
diferencia de ideas y la evolución de su estilo literario.
Al final vemos
que, aunque hay una gran diferencia entre las ideas de los dos personajes de
Borges, ambos son similares, en el sentido de que los dos sienten pasión
por escribir. Sin embargo, Borges se ha dado cuenta de que, con su experiencia
en el mundo y su vejez, ha cambiado su manera de pensar sobre la gente.
También se ha convertido en un hombre extremadamente despreocupado por
la comunidad y le da mucha importancia al individuo. Por el contrario, al
Borges joven le interesa más la fraternidad de los seres humanos y le da
más importancia a la comunidad y la gente. Podemos entender este cuento
como un reflejo del desarrollo de los pensamientos de Borges a lo largo de su
vida. El cuadro de Delgado, La otra - éramos demasiado parecidos y
demasiado distintos, nos da un reflejo directo de la niña real y la
niña artificial, como el reflejo literal que hemos visto en "El
otro."
En la pintura de
Delgado vemos un retrato autobiográfico de una niña pintando a
otra niña, y, por el moño en el cabello, sabemos que esa pintura
es una imagen de la misma niña. La niña real parece que
está llorando sobre su pintura, que podemos pensar que es ella misma,
pero con una sonrisa postiza y aparentando ser algo que no es. El dibujo de la
niña es la imagen que ésta quiere que la gente vea de ella, pero
la obvia artificialidad de esta pintura hecha a carboncillo nos hace pensar que
solamente es superficial y que, en realidad, es la niña que vemos
llorando sobre la pintura y está sumamente deprimida. También
vemos una forma de reflejo con la niña real y la niña pintada.
Ambas son la misma niña, pero una es completamente artificial, otra vez
dando la impresión de que es alguien que ella trata de ser. Diferente al
diálogo de Borges, Delgado nos da un reflejo de la niña pero el
reflejo es un dibujo hecho a carboncillo, suponiendo que es la misma
niña en el mismo tiempo pero con las emociones completamente diferentes.
La real está extremadamente infeliz, sufriendo inmensamente, mientras
que su reflejo nos muestra a una niña sonriendo, en esencia inocente,
pero completamente artificial. Como Borges, Delgado nos está contando su
historia por la unión de los dos mundos, sin hacer referencia al tiempo
y a la posibilidad.
En "El otro,"
Borges nos da una autobiografía de su vida como autor por la
yuxtaposición del Borges mayor y el Borges más joven, a
través del diálogo y de una serie de metaficciones. En el cuento
vemos cómo Borges fue desde un autor completamente romántico
hacia un autor extremadamente modernista. Al mismo tiempo, Delgado nos ofrece a
una niña pintando a su "otra" como ella quisiera ser: feliz. En ambos
casos vemos dos historias expresadas por estrategias artísticas que no
son, para nada, tradicionales. |